Puigdemont declara la independencia y la suspende para abrir un diálogo

  • Se ha referido a la fuga de empresas y les ha pedido que no caigan en la tentación de utilizar su poder para amedrentar a la población.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (2i) seguido por el vicepresidente, Oriol Junqueras, a su llegada al pleno del Parlament donde esta tarde comparece para trasladar los resultados de la jornada del 1-O. EFE/Alberto Estévez
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (2i) seguido por el vicepresidente, Oriol Junqueras, a su llegada al pleno del Parlament donde esta tarde comparece para trasladar los resultados de la jornada del 1-O. EFE/Alberto Estévez

Intentando contentar a todo el mundo y con la vista puesta en ganar tiempo, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha comparecido en el Parlament para declarar la independencia y, automáticamente, dejarla sin efecto. Diez segundos duró el sueño.

"Asumo el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república. Esto es lo que hoy hacemos con toda solemnidad, por responsabilidad y por respeto. Y con la misma solemnidad, el Govern y yo mismo proponemos que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas emprendamos un diálogo sin el cual no es posible llegar a una solución acordada", ha dicho.

El president ha justificado su decisión asegurando que no es una decisión personal, sino "el resultado del 1-O". Además, ha insistido en la negativa del Gobierno a dialogar y ha sostenido que esta es la única vía que ha encontrado el pueblo catalán para expresar su soberanía ya que siempre que lo han intentado por las vías legales "ha sido humillado". "Con los resultados del 1 de octubre, Cataluña se ha ganado el derecho a ser un estado independiente. Estamos aquí porque el domingo 1-O Cataluña celebró un referéndum de independencia, en unas condiciones muy difíciles. La Policía y la Guardia Civil golpearon a personas indefensas. El objetivo era provocar el pánico y que la gente se quedaron en casa y no fueran a votar", ha arrancado, a la vez que ha agradecido la colaboración de todas las personas que colaboraron en la organización de la consulta.

"A las fuerzas políticas les pido que contribuyan con sus palabras y sus acciones a rebajar la tensión"

Puigdemont declara la república catalana, pero la suspende para abrir un período de diálogo
Carles PuigdemontPresident de la Generalitat

Además, Puigdemont se ha defendido veladamente de las acusaciones de que todo el 'procés', incluido el referéndum, es ilegal. De esta manera, aplicando, una vez más, el guión propio del secesionismo, se ha referido la controversia que se formó en torno al Estatut y ha criticado que el primer veto del Congreso y la posterior sentencia del Tribunal Constitucional, "de infausto recuerdo", "convirtieron la propuesta catalana en un texto irreconocible, que es la ley vigente en estos momentos" y que está lejos de lo que votó, ha recordado, el 88% del Parlament.

Fuga de empresas

Tampoco ha querido dejar atrás otro de los temas que, ha reconocido, preocupa a una mayoría de catalanes: la decisión de algunas empresas de trasladar su sede. En este sentido, Puigdemont ha rechazado que tenga "efectos reales en nuestra economía". "Lo que sí tiene efecto son los 16.000 millones que sí tienen que cambiar de sede social cada año", ha criticado. No obstante, no ha ocultado que sea un tema que genere desazón dentro del Govern, por lo que ha instado a las compañías a que "continúen generando riqueza y que no caigan en la tentación de utilizar su poder para amedrentar a la población".

Por otro lado, ha llamado a todos a que asuman "la responsabilidad que nos corresponde para rebajar la tensión" y ha insistido en la necesidad de dialogar, "como siempre ha propuesto el Govern", abriendo la puerta a un referéndum pactado como en Escocia. Para el mandatario catalán, la culpa de la situación actual es de "la respuesta negativa de Gobierno central, con la persecución policial y judicial por parte de las instituciones españolas", por lo que ha pedido a la Unión Europea que se implique en este proceso.

“No somos unos delincuentes, ni unos locos, ni golpistas ni abducidos. No tenemos nada contra España y los españoles. Hoy el Govern de Cataluña hace un gesto de responsabilidad y generosidad, y vuelve a extender la mano al diálogo. Estoy convencido de que, si en los próximos días todos actúan con la misma responsabilidad y cumplen con sus obligaciones, el conflicto entre Cataluña y el Estado español se puede resolver de manera serena y acordada, y respetando la voluntad de los ciudadanos", ha concluido.

El pleno ha comenzado con una hora de retraso por las discrepancias con la CUP, que apostaban por una declaración unilateral de independencia. Prueba de ello, es que los diputados de este partido no han aplaudido cuando el presidente de la Generalitat ha terminado su discurso, en tanto que los de JxSí se han levantado y han ovacionado en bloque. La formación ha decidido anular su actividad parlamentaria hasta el final de esta legislatura porque, según han dicho, ellos han llegado al Parlament a conseguir que Cataluña sea independiente.

La reacción del Gobierno de Rajoy

El Gobierno de Rajoy está estudiando en estas horas los pasos que dará tras el órdago planteado desde el Parlament. El presidente ha convocado este miércoles a las 9 horas un Consejo de Ministros extraordinario para evaluar las medidas que tomará. Asimismo, en la noche de este martes se ha reunido con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en Moncloa y ha mantenido contacto con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera.

La encargada de comparecer en Moncloa ha sido la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha restado validez a la declaración firmada en el Parlament: "Ni el señor Puigdemont ni nadie puede sacar conclusiones de una ley que no existe, de un referéndum que no ha existido y de una voluntad del pueblo de Cataluña de la que pretenden adueñarse", ha afirmado.

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