Ramón Espinar, un niño de papá que predicaba... pero no con el ejemplo

  • Ramón Espinar se ha explicado con claridad, pero no ha podido evitar que el juicio moral llegue donde debe de llegar. A la hipocresía de ser hijo de papá e ir por la vida de obrero.

    Espinar da la cara en una rueda de prensa de la que sigue habiendo preguntas sin contestar (que seguro saldrán a la luz):  ¿cómo logró la vivienda sin concursar? ¿Cómo le permitieron venderla antes de tiempo?

PP acusa a Espinar de "vender ejemplaridad" y "beneficiarse de privilegios" para "especular" con una casa
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EUROPA PRESS
J.L.García Guerrero
J.L.García Guerrero

"Me duele profundamente, esto duele", dice Ramón Espinar, que se compare su forma de actuar con un fondo buitre, ¡hombre por favor, por favor". "Estoy golpeado y dolido". En eso tiene razón. Espinar especuló 'a su modo' con su piso de protección oficial, pero de ahí a compararlo con los fondos buitre va un abismo.

Cierto que a Espinar lo que realmente le debe doler es predicar, pero no dar trigo. Como a otros muchos que siendo pijos intentar ser antisistema. De ese perfil hay unos cuantos en Podemos. 

No fueron los medios antiPodemos, ni los anticapitalistas, los que dijeron que los pisos de protección oficial no había que venderlos. Literalmente Espinar dijo lo siguiente sobre el caso Granados: "El objetivo final de la promoción de vivienda pública no es venderla, el objetivo final de la promoción de vivienda pública es garantizar el acceso al derecho a la vivienda de la ciudadanía que no puede acceder en mercado libre. Ese es el objetivo".

Fue incluso más explícito en otro momento de su tenso interrogatorio a Ignacio González: "La vivienda protegida es para gente, para que usted me entienda, que no tiene testaferros en Delaware para comprarse áticos en Estepona y necesita acceder a la vivienda en régimen de protección".

Ahora las cosas han cambiado y "no existe beneficio sino una diferencia entre el precio de compra y de venta". Es de club de la comedia. 

Le sacó su rendimiento porque ya que no podía con la hipoteca, según sus palabras, algo tenía que hacer. No es un delito. Pero moralmente, es feo. Lo es porque si esto lo hubiera hecho un niño pijo del PP, es decir, ¡la familia le da 60.000 euros!, otra valoración habría salido de los labios de Pablo Iglesias. ¡Casta! ¡Casta! Y de muchos periodistas que cambian sus varas de medir, según de quién se hable.

Lo cierto, es que como buen hijo de casta (solo hay que ver quién es papá, no precisamente un obrero, ex alcalde de Leganés, primer presidente de la Asamblea de Madrid y 15 años consejero de CajaMadrid), esta vez se ha comportado como tal.

Las preguntas son ahora ¿cómo logró la vivienda sin concursar? ¿Cómo le permitieron venderla antes de tiempo? No somos inocentes. Es cierto que este tipo de 'investigaciones' salen a la luz siempre con intención (como las del resto de partidos) y que la batalla interna de Podemos en Madrid (esa que según algunos ni siquiera existe), siempre ayuda.

Pero teniendo un padre que se sienta en el banquillo por las tarjetas black ("Espinar dice que no lo sabía antes de pedirle el dinero), y después de decir a los demás dónde está la línea roja de la moralidad, Espinar tiene motivos para estar dolido... consigo mismo. Lo de siempre, que una cosa es predicar y otra dar trigo. 

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