Chávez busca abrir la vía para otra década en el poder y afianzar el socialismo

  • Caracas, 10 feb (EFE).- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que cumplió una década en el poder, quiere poder optar a un nuevo mandato de seis años al término de su actual periodo para, según destaca, afianzar la 'revolución bolivariana' en este país petrolero.

Caracas, 10 feb (EFE).- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que cumplió una década en el poder, quiere poder optar a un nuevo mandato de seis años al término de su actual periodo para, según destaca, afianzar la "revolución bolivariana" en este país petrolero.

El comandante presidente, como le llaman sus partidarios, aspira al menos a otra década en el poder, porque solo su liderazgo permitirá la consolidación del "socialismo del siglo XXI", única vía hacia la "paz, equidad y justicia", según él mismo ha dicho.

"Yo estoy listo, y pido a Dios que me de vida y salud para seguir al frente del Gobierno hasta el 2019", ha manifestado Chávez al promover la enmienda constitucional para reelección ilimitada de los cargos electos, que será sometida a referendo el próximo 15 de febrero.

De ser aprobada la enmienda, el mandatario, de 54 años, quedaría habilitado para presentarse a la reelección en el cargo en el 2012, por tercera ocasión consecutiva, lo que bajo las actuales reglas es imposible ya que la Constitución limita a dos períodos consecutivos la posibilidad de ejercer un cargo electo.

Chávez, el ex militar que lideró un fallido golpe de Estado en 1992, fue elegido por primera vez en diciembre de 1998, ratificado en el 2000, triunfó en un inédito referendo revocatorio en el 2004 y fue reelegido con más del 63 por ciento de los sufragios en 2006.

El ahora jefe del Estado venezolano saltó a la palestra política el 4 de febrero de 1992, cuando siendo teniente coronel de paracaidistas apareció ante las cámaras de televisión para reconocer el fracaso del golpe contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez (1974-79/1989-93).

Según ha contado, en sus años en el Ejército había tomado conciencia de corrupciones y otros abusos, y jurado luchar para implantar sus ideales bolivarianos.

Fracasada su intentona golpista, Chávez asumió la responsabilidad de lo ocurrido y pidió, en su intervención antes las cámaras, a los que se habían sublevado deponer la acción que daba por concluida "por ahora".

Seis años después llegaba a la Presidencia elegido democráticamente.

Su única derrota en las urnas fue en diciembre de 2007, cuando promovió una amplia reforma constitucional, que incluía la propuesta de la reelección ilimitada, aunque sólo del Presidente, y que fue rechazada por los venezolanos.

Un año más tarde, el carismático mandatario ha vuelto a activar la iniciativa mediante una enmienda constitucional, lo que le ha valido acusaciones opositoras sobre su supuestas ansias de quedarse eternamente en el Gobierno de Venezuela, quinto exportador mundial de crudo.

En su carrera hacia una tercera reelección, Chávez ha prometido seguir con el traspaso de "más poder al pueblo" mediante estructuras comunales, todo con el fin de democratizar el acceso a los bienes y servicios, acabar con la plusvalía y con la explotación de los ricos por los pobres.

No está muy claro el camino a seguir para alcanzar ese "estadio superior de felicidad y justicia", y han sido varios los modelos productivos y sociales planteados a lo largo de los últimos diez años en busca de ese objetivo gubernamental.

Chávez ha definido el "socialismo del siglo XXI" como una amalgama de cristianismo y socialismo, que incorpora además el pensamiento del prócer independentista Simón Bolívar y rasgos del sentido tribal de los pueblos aborígenes.

En base a sus discursos, el jefe del Estado pretende que los venezolanos, de forma voluntaria y en libertad, muten el "egoísmo por el amor al prójimo", el individualismo por la "solidaridad" y el interés particular por el colectivo.

Son frecuentes las críticas presidenciales a quienes anteponen el afán de riqueza personal a la dignidad de los excluidos, y ha pedido que luchar por la justicia social sea un compromiso de cada ciudadano y no sólo del Estado.

"¡Qué país es éste y qué revolución es ésta pues? La del whisky, la de los Hummer? No, ésta es una revolución de verdad", manifestó Chávez en una de sus intervenciones, tras criticar la abundancia de ambos productos de lujo en Venezuela y ordenar la suspensión de entrega de dólares para la importación de los mismos.

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