MSF alerta de la "situación catastrófica" en Batangafo con 10.000 personas refugiadas en un hospital

  • Asegura que hay 5.000 personas más que se han refugiado en otras zonas y alerta de la debilitación de esta comunidad
EUROPA PRESS

El responsable de operaciones de Médicos Sin Fronteras (MSF) en República Centroafricana, Carlos Francisco, ha alertado este jueves de la "situación catastrófica" que vive la población civil en Batangafo, una ciudad del norte de del país en la que unas 10.000 personas llevan desde hace más de una semana viviendo en un hospital por los últimos combates entre milicianos del grupo Séléka y los antibalaka.

"Es una situación catastrófica", ha asegurado Francisco, en una entrevista concedida a Europa Press. "Lo que vemos ahora es otro repunte de la violencia contra los civiles desde finales del año pasado", ha añadido.

El responsable de Operaciones de MSF ha contado que desde los últimos combates en Batangafo --que dejaron 24 muertos y 17 heridos-- unas 10.000 personas viven refugiadas en el recinto del hospital, donde su organización ha reforzado el aprovisionamiento de agua potable y ha instalado letrinas y duchas para los desplazados, para que puedan mantener unas condiciones dignas de higiene y salud.

Los desplazados se han situado en diversas zonas del recinto hospitalario, sin llegar a acceder a los edificios donde están los pacientes, y han recurrido a unos hangares para poder dormir bajo techo.

"Desgraciadamente no es la primera vez que nos enfrentamos a esta situación en Batangafo. Está pasando también en otros sitios en la República Centroafricana; en Bangassou, en Zemio, en Bria... Hay muchos sitios donde la población civil se escapa de los combates y se mete en los hospitales, en los sitios que ellos pueden considerar un poco más seguros", ha explicado.

Tras señalar que la población civil centroafricana lleva desde 2013 sufriendo las consecuencias de un "conflicto", Francisco ha recordado que el país tiene casi medio millón de desplazados internos de un total de 4,5 millones de habitantes. "La cifra que se baraja es de más de dos millones de personas en necesidad de asistencia humanitaria. Lo que vemos ahora es otro repunte de esta violencia contra los civiles desde finales del año".

En Batangafo, MSF había afrontado antes esta misma situación, con civiles refugiados en el hospital por los combates, y la organización ha repetido la respuesta humanitaria que dio anteriormente, centrada en asegurarse de que todos los desplazados tienen agua, letrinas y duchas. "Se trata de asegurarnos de que cuando están en el recinto del hospital --un hospital con varios edificios y un recinto grande, con árboles y una zona de campo-- garantizar que tienen suficiente agua potable, que tienen suficientes letrinas, que hay zonas de lavado y duchas para mantener una higiene digna en el hospital", ha indicado.

Además de atender a esas 10.000 personas que están en el recinto hospitalario desde hace más de una semana por los últimos combates, el personal de MSF mantiene las actividades del centro sanitario, dotado con unas 150 camas.

"Lo que intentamos es que los servicios sean operacionales, que las zonas de quirófano y medicina interna estén despejadas y estén operacionales, que las consultas externas funcionen bien. Es el otro eje de nuestra actuación en el hospital, asegurarnos de que los pacientes tienen los servicios sanitarios que necesitan", ha indicado.

Francisco ha contado que las autoridades centroafricanas "no tienen mucha presencia" en Batangafo, por lo que son las agencias de la ONU y las organizaciones humanitarias las que atienden a los civiles y las que impulsan la reconstrucción del campo de desplazados, que fue saqueado y destrozado por los milicianos en los últimos combates.

"Era ya un campo de desplazados con cabañas hechas con paja y con plásticos. Hay que reconstruirlo o darles los materiales para que ellos lo puedan reconstruir y luego el trabajo de todo el mundo es asegurarse de que no hay más ataques en la zona. Ese es el punto crítico porque, lógicamente, los desplazados no van a ir a un sitio que no consideren seguro", ha explicado.

"DESESPERANZA" ENTRE LOS DESPLAZADOS

El responsable de Operaciones de MSF en República Centroafricana ha señalado que los últimos combates han "limitado el acceso" de los desplazados a las zonas de cultivo que tienen cerca de Batangafo, privándoles de esos recursos, y que el sentimiento general en esta comunidad es la "desesperanza".

"Lo llevamos viviendo tres años, ellos lo llevan viviendo mucho más tiempo. Ahora mismo el ambiente que hay, con violencia generalizada en bastante más de la mitad del país, no invita mucho al optimismo. El mensaje que recibimos de ellos y que nos transmite nuestro personal local es que no se ve mucho una salida a este conflicto", ha señalado.

Además de la grave situación en el hospital, en Batangafo hay varios miles de personas más refugiadas en otros lugares. "Hay más de 10.000 en el hospital pero luego hay otros 5.000 en otros puntos de la zona. Unos se fueron a la parroquia, otros al recinto de un orfanato, otros se fueron a la base de otra ONG. Todas las organizaciones presentes estamos trabajando juntos para dar una respuesta a estos desplazados", ha señalado.

VIOLENCIA GENERALIZADA CONTRA LOS CIVILES EN RCA

Francisco ha alertado de que lo que se está viviendo actualmente en República Centroafricana es una "violencia contra los civiles generalizada". "Allí donde hay combates, donde hay enfrentamientos, siempre los civiles son víctimas", ha asegurado.

Ante esta situación, MSF ha reforzado los servicios médicos en Batangafo y está acudiendo a los lugares donde están los desplazados, para tratar de evitar que haya casos de malaria y de sarampión, entre otras enfermedades.

Francisco ha hecho hincapié en la fragilidad de la población civil centroafricana, especialmente los desplazados que, como ocurre en Batangafo, tras instalarse en un campo, se ven obligados a huir de nuevo porque vuelve a haber combates.

"Eso da una idea de lo recurrente que es esta crisis y lo que se deteriora cada vez la situación humanitaria y médica de estas poblaciones. Ya están muy debilitadas después de tantos años de conflicto. Todos estos desplazamientos hacen que se debiliten mucho más y sean mucho más vulnerables a todas las enfermedades", ha concluido.

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