Sánchez prioriza Navantia y Andalucía y no se suma al veto internacional a Arabia

  • El presidente expresa su repulsa por el asesinato de Khashoggi, pero mantiene las relaciones comerciales a la espera del resultado de la investigación
Pedro Sánchez
Pedro Sánchez
EFE

España seguirá vendiendo armas a Arabia Saudí. Así lo ha confirmado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante el pleno del Congreso de los Diputados. Ni la presión de los países europeos –que, encabezados por Alemania, han paralizado las exportaciones de armamento al régimen del desierto–, ni la de sus socios parlamentarios –especialmente Podemos y ERC–, que han exigido la paralización de las relaciones comerciales por el 'caso Khashoggi' y por la guerra de Yemen, han podido con la prioridad del millonario contrato de Navantia, ni con la inminencia de las elecciones andaluzas.

Con el argumento de aguardar los resultados definitivos de la investigación del asesinato del periodista saudí, Sánchez antepone los vínculos comerciales con el país árabe para evitar el impacto de la ruptura en Andalucía, donde el contrato para la construcción de cinco corbetas en los astilleros gaditanos de Navantia, valorado en 1.800 millones de euros, garantiza los puestos de trabajo de 6.000 personas durante los próximos cinco años.

A menos de dos meses de las elecciones andaluzas, Sánchez no se puede permitir una crisis con Riad que devuelva a la calle a los trabajadores de los astilleros. Las movilizaciones del pasado mes de septiembre a cuenta del anuncio de Defensa de la cancelación de la venta de 400 bombas a Arabia Saudí pusieron en jaque al presidente, que se vio obligado a rectificar la decisión de la ministra Margarita Robles.

Ahora, el multimillonario contrato con el régimen del desierto, imprescindible para la supervivencia del astillero naval español, ha llevado al jefe del Ejecutivo a anunciar que España mantendrá "las obligaciones contraídas por un Gobierno anterior, que cumplen con los requisitos legales en el ámbito nacional e internacional". Su prioridad son, ha dicho, los trabajadores de la Bahía de Cádiz, siempre desde la defensa de "los derechos humanos, la paz y la libertad" y velando por "la seguridad jurídica y la certidumbre".

"Tengo que estar hoy y aquí en la defensa de los intereses de España, de sus intereses estratégicos, que además están situados en zonas muy afectadas por el drama del desempleo", ha dicho en su comparecencia en el Pleno del Congreso, donde ha pedido al hemiciclo "altura de miras" para compartir esta visión.

Todo ello, desde "el rechazo, la consternación y la repulsa" al asesinato de Jashogi, y situándose este Gobierno "del lado de las Naciones Unidas y de la Unión Europea", pero sin sumarse en la práctica al veto internacional a Arabia Saudí. Al menos, de momento, a la espera de que la investigación en marcha esclarezca los hechos y de que "actúe la justicia" y "caiga todo el peso de la ley sobre el responsable de este terrible crimen".

El anuncio del presidente hoy en la cámara baja se adelantaba ya ayer en la Comisión de Defensa, donde el PSOE y el PP unieron sus votos para rechazar las iniciativas de PDeCAT, ERC, Unidos Podemos y Compromís que pedían paralizar las relaciones comerciales en materia de armamento con Riad por el caso Khashoggi y la guerra de Yemen. 

Hoy, el principal socio de Gobierno de los socialistas, Pablo Iglesias, ha expresado su oposición frontal a la decisión de Sánchez, a quien ha instado a revocar los contratos con Arabia Saudí, "buscar un comprador alternativo" y "demostrar que la cuarta economía de la zona euro puede garantizar la carga de trabajo en los astilleros". "Sé que está recibiendo enormes presiones, pero le pido que rectifique y apueste por una política industrial seria", ha requerido al presidente el secretario general de Podemos.

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