Localizar urnas, saber quién paga y evitar disturbios: así encara Moncloa el 1-O

  • Rajoy y su equipo se preparan para el 1 de octubre con una estrategia de acción - reacción y dando orden de que no haya violencia en las calles.

    Las Fuerzas de Seguridad ya tienen indicios sobre dónde pueden estar guardadas las urnas y las papeletas. Evitar que se desplieguen es el objetivo prioritario.

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EUROPA PRESS

Seis personas lideran en el Gobierno el equipo que tomará las principales decisiones sobre el referéndum independentista. A saber: Mariano Rajoy, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, los ministros de Interior, Juan Ignacio Zoido, Justicia, Rafael Catalá, y Hacienda, Cristóbal Montoro, y el jefe de gabinete del presidente, Jorge Moragas. Ellos son quienes conocen y tienen previstos todos los movimientos que se darán en los próximos días si la Generalitat no recula y continúa adelante con su órdago.

El principal objetivo del Gobierno es evitar que el referéndum se celebre. Para ello han desplegado agentes de Información y Seguridad Ciudadana, que ya trabajan sobre el terreno de manera coordinada. Interceptar las urnas y papeletas antes de que se repartan por ciudades y pueblos sería lo ideal, apuntan desde el entorno del Ejecutivo central añadiendo que las horas previas al 1-O serán decisivas. En este dispositivo está participando la Policía, la Guardia Civil, al mando de Interior, así como el CNI, dependiente de Vicepresidencia.

Sobre la ubicación actual de las urnas, fuentes cercanas al Ejecutivo consultadas por Lainformacion.com han sugerido que las Fuerzas de Seguridad ya tendrían indicios sobre su localización y que todo estaría listo para recibir la orden de intervenirlas. Estas fuentes se niegan a ofrecer más detalles sobre este operativo. Montoro al frente de la estrategia económica

El otro terreno en el que el Gobierno está actuando es el económico, con Cristóbal Montoro al mando de las decisiones. Este viernes ya se ha aprobado que Hacienda asumirá el control de los pagos de la Generalitat para evitar que ninguna partida presupuestaria se destine al 1-O. No se descartan medidas adicionales en próximos días, siempre con el objetivo de someter al Govern a una asfixia económica, pero sin que los servicios esenciales se vean afectados. 

Desde el Ministerio de Hacienda siguen intentando descubrir si el Govern ha destinado un solo euro al referéndum. "Hasta la pasada semana tenemos la seguridad de que los informes que nos han facilitado los órganos de intervención estaban en regla", aseguró el ministro Montoro este viernes en Moncloa. Ahora bien, en el Gobierno no han dado por descartado que se haya cometido un falseamiento de documento público, de ahí que continúen investigando partida por partida.

Otra posibilidad pasaría por que particulares hayan corrido con los gastos de la organización del referéndum. En ese caso habría consecuencias jurídicas contra ellos, apuntan fuentes cercanas al Gobierno, por haber participado en un acto declarado ilegal. Estas mismas fuentes recuerdan las consecuencias que ha tenido el 9-N sobre Artur Mas o Francesc Homs, ambos inhabilitados.

¿Y si la Generalitat tuviera un fondo de reptiles con el que sufragar el 1-O? Hacienda no lo ha descartado. Eso sí, el propio Montoro ha llamado la atención sobre la incongruencia que sería utilizar fondos al margen de la ley para un proceso al que los independentistas otorgan toda validez democrática.

Por otro lado, el aparato judicial sigue funcionando al margen del Gobierno. En Moncloa tienen la seguridad de que los jueces tomarán las medidas necesarias para el cumplimiento de sus autos y disposiciones, por lo que en este sentido el equipo de Rajoy se encuentran tranquilo. "La fuerza de la democracia impedirá que se celebre el referéndum", apuntan. Templanza ante la protesta social

Otro de los focos de atención del Gobierno central se encuentra en la calle. "Sabemos que están echando a los catalanes a la calle", apuntan las mismas fuentes. Es decir, en el Ejecutivo son conscientes de que el clima social ya es tenso y que lo será más a medida que se aproxime el 1 de octubre. Por eso hay orden de mantener templanza ante posibles protestas callejeras. 

"Cero violencia" es la instrucción que se ha transmitido a las Fuerzas de Seguridad que se encuentran en Cataluña, conscientes de que cualquier altercado puede ser la mecha que encienda una oleada masiva de protestas en las calles.

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