A la hora de conseguir un trabajo hay más opciones que dedicarse a repartir currículums o prepararse unas oposiciones durante años. Existen las llamadas bolsas de trabajo que, aunque sirven tanto para empresas privadas como para instituciones públicas, quizás son más conocidas estas segundas. Las bolsas de trabajo son una herramienta por la que, a través de un listado, se reclutan candidatos a lo largo del tiempo para diferentes puestos y funciones concretas.
Para poder apuntarse a una bolsa, sobre todo del tipo público, lo más importante es asegurarse de cumplir todos los requisitos y presentar toda la documentación en plazo, ya que puede suceder que por un fallo administrativo no lleguemos ni siquiera a figurar en el listado.
La manera de inscribirse en una bolsa de trabajo suele ser a través de un concurso u oposición, en la que todos aquellos candidatos que cumplan los requisitos se apuntan y, después, se publica el listado por orden según hayan conseguido más o menos puntos.
Habitualmente el proceso se realiza por internet, así que lo primero es leer bien las condiciones y requisitos de la bolsa. Si son públicas, puede ser necesario cumplir con algún trámite presencial. En las bolsas privadas suele bastar con entregar el currículum y los datos personales de contacto en la página web de la empresa o a través del portal que están utilizando para realizar la selección. Así, cuando se resuelva la lista, nos contactarán.
En las públicas (las más habituales son las de Correos), puede haber requisitos mínimos como estar el posesión del título de la Educación Secundaria Obligatoria, que habrá que presentar junto con la solicitud. Para acceder, hay que rellenar un cuestionario y darse de alta en el sistema indicando nombre y apellidos, DNI, datos de contacto y una contraseña. Una vez dados de alta, se podrá acceder a la bolsa, consultar todas las vacantes disponibles y realizar un seguimiento de cada candidatura.
