La tasación es un paso indispensable en el proceso de compra de cualquier inmueble. Se encarga de llevarla a cabo un tasador homologado por el Banco de España con el objetivo de determinar cuál es el valor real de esa casa en el mercado inmobiliario. Con esta información, el banco acabará por determinar la financiación a la que podremos acceder para adquirir la casa, por ejemplo.
Para iniciar el proceso de tasación lo más habitual es que el banco al que le hayamos solicitado el préstamo hipotecario sea quien contacte con el tasador, aunque los potenciales compradores también pueden elegirlo siempre que esté homologado. Los métodos que existen para tasar un piso son cuatro (por comparación, de manera residual, por coste de reemplazamiento o por actualización de rentas) y en todos ellos será necesario presentar una serie de documentos:
- La escritura de la propiedad.
- Los planos del inmueble.
- Si se trata de un edificio en construcción, fotocopia de la licencia de obras y proyecto visado por el colegio y el ayuntamiento correspondientes.
- En caso de ser un terreno edificable sobre el que se quiere construir la vivienda, la cédula o consulta urbanística por escrito y el plano catastral o parcelario.
Si evitamos que el tasador tenga que buscar esta documentación y la aportamos nosotros mismos, puede ser que ahorremos algo de dinero en este proceso, que no es del todo barato.
Cuánto cuesta tasar un inmueble
El precio de tasación de una vivienda oscila entre una gran horquilla de precios ya que el coste de compraventa no está regulado por ley, como explican desde BBVA. Al final, por un piso en una ciudad acabaremos pagando unos cientos de euros que pueden ser más o menos dependiendo de varios factores. Primero, la ubicación de la vivienda (no es lo mismo tasar en una ciudad que en un pueblo alejado). Después, si el tasador necesita recopilar documentación seguro que el precio acaba encareciéndose, por eso es importante entregarla de antemano.
El rango medio de tasar un piso de 90 metros cuadrados, por ejemplo, en Madrid está en los 445 euros mientras que en Barcelona sube hasta los 485 euros. Sin embargo, en ciudades más pequeñas el coste puede quedarse entre los 160 y los 350 euros, como en Zaragoza, mientras que en Sevilla la media sube hasta los 380 euros, según los datos del comparador Habitissimo.
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