Alimentación

¿Qué pasa si comes pan con moho? Así puedes retrasar su aparición

En caso de ingerir pan en mal estado de manera puntual, no habrá que preocuparse por una posible reacción derivada.

Variedades de pan saludable, panadería
Variedades de pan saludable, panadería
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No hay alimento que escape de los hongos o el moho. Dependiendo de las condiciones de humedad y calor, además de cómo se conserven los productos en la nevera y fuera de ella, este tipo de microorganismos crecerán a un ritmo u otro y podrán afectar más o menos a nuestra salud si comemos alimentos colonizados por estos hongos. 

Un caso muy habitual es el del pan, que incluso cuando todavía no ha pasado su fecha de caducidad puede presentar moho en su superficie. Lo más normal es no comerlo cuando vemos la típica capa verde en alguna rebanada, pero puede ser que un día no nos demos cuenta y acabemos comiendo pan con moho. Igualmente, los hongos no solo están presentes cuando los vemos, sino que suelen llevar ya unos días apoderándose del alimento en cuestión aunque sean imperceptibles a nuestros ojos. 

¿Comer pan con moho tiene consecuencias graves? La verdad es que, en un principio, no. Los hongos del pan del tipo Penicillium o Neurospora crassa, no suelen ser peligrosos. Si la ingesta es puntual y se tiene algún tipo de alergia o el sistema inmune debilitado, a una mala se podrán sufrir malestar estomacal, moqueo, dolor de cabeza, problemas respiratorios… En casos muy raros, la reacción alérgica podrá llegar a ser grave y dará lugar a un shock anafiláctico.

Otro discurso es comer pan con moho de manera habitual. Los hongos tienden a ser tóxicos cuando la exposición a ellos es continuada. Los hongos tienden a producir unas toxinas que no se destruyen con el cocinado y que pueden causar diversos efectos adversos como la inducción del cáncer y mutagenicidad, así como problemas en el metabolismo de los estrógenos, gastrointestinales o en el riñón, explica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Cómo guardar el pan

Tres gestos que pueden ayudarnos a retrasar la aparición de hongos y moho en nuestro pan son:

  • Usar una bolsa de tela cerrada. Es mejor cambiar la bolsa de plástico, que no es transpirable y tener en cuenta que si el pan es casero no aguantará más de 4 días. En los panes confeccionados o industriales habrá que tener la fecha de caducidad, pero teniendo en cuenta que el moho puede aparecer antes. 
  • Nada de humedad. Lo ideal es dejar el pan en un lugar fresco (por debajo de los 24 grados), seco y oscuro. Algunas variantes se conservan, siempre en una bolsa, en la nevera durante incluso una semana.

Si creemos que no vamos a poder comernos el pan a tiempo, siempre se puede congelar. Luego, a la hora de consumirlo, bastará con meterlo en el tostador o el horno para que vuelva a estar crujiente.

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