Herencias y testamentos

Quién se queda con la herencia si todos los herederos la rechazan

Los factores que influyen en el reparto de una herencia son muchos, pero, en última instancia, los bienes no reclamados o aceptados se los queda el Estado.

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El Estado se queda con los bienes no heredados
Getty Images/iStockphoto

Ser heredero no siempre es una buena noticia. Hay varios motivos para acabar rechazando una herencia, como no tener liquidez suficiente para pagar el impuesto de Sucesiones o que la persona fallecida nos deje más deudas que bienes. Cuando aceptamos una herencia, la aceptamos con todas las consecuencias: al igual que seremos herederos de los derechos y bienes de la persona fallecida, también lo seremos de sus obligaciones y deudas. Por esta razón hay que sopesar muy bien si nos compensa o no aceptar la herencia. 

En el caso en el que los herederos legítimos rechacen la herencia, ¿quién se queda con la masa patrimonial y las obligaciones correspondientes? En el momento en el que ninguno de los herederos legítimos quiere su parte de la herencia, habrá que empezar a descartar posibles herederos siguiendo un orden. 

Primero se consulta el testamento, que es el documento que marca la trayectoria de la herencia. Si no existiese este documento o no hubiese una alternativa si los legítimos herederos renuncian, se deberán seguir las instrucciones dictadas en el Código Civil, donde se especifica que los primeros en heredar son los hijos y descendientes directos de la persona fallecida. Si estos rechazan la herencia, los siguientes en la línea sucesoria serán los padres u otros ascendientes, a quienes siguen el cónyuge y los parientes y familiares colaterales.

Si al final todos ellos renunciasen o no se encontrasen familiares directos, es el Estado quien finalmente pasará a ser heredero y propietario de todos los bienes heredables. 

Consecuencias de renunciar a una herencia

Antes de renunciar a una herencia, hay que tener en cuenta todas las consecuencias derivadas de esta decisión. Según las normas, la renuncia a una herencia es un hecho irrevocable, es decir, no podremos retractarnos una vez que hayamos repudiado formalmente el testamento. 

Es importante saber que para que la renuncia sea efectiva hay que presentarla antes de que acabe el plazo para pagar el impuesto de Sucesiones (seis meses después de la muerte del causante) y que, en el caso de disfrutar de algún bien que esté contemplado en la masa patrimonial a heredar, la herencia puede darse como aceptada tácitamente. La sucesión se puede aceptar de manera expresa o tácita, por lo que hay que tener cuidado en este aspecto para evitar acabar siendo herederos cuando no queríamos serlo.

Repudiar una herencia, además, es un hecho unilateral (nadie tiene que aceptarlo ni consentirlo), se entiende que es una decisión voluntaria y que, además, puede realizarse a través de un representante, aunque para ello habrá que otorgar a la persona elegida el derecho a la representación de manera legal y formal. 

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