Sant Jordi: estas son las mejores frases para felicitar el 'Día del Libro'

  • Te proponemos unas reflexiones sobre el libro y la lectura de la mano de algunos de los personajes más famosos del mundo de la literatura.
Libro abierto
Libro abierto
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Nada mejor para el Día del Libro que regalar una buena lectura acompañada de una buena dedicatoria. Si no se te ocurre nada que escribir, puedes recurrir a citas famosas. En este practicograma te mostramos algunas de las mejores, de la mano de autores famosos y personajes históricos.

'Poemas de los dones', de José Luis Borges

"Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
De Dios, que con magnífica ironía
Me dio a la vez los libros y la noche"

'Libro extraño', de Rubén Darío

"Libros extraños que halagáis a la mente
en un lenguaje inaudito y tan raro,
y de que lo más puro y lo más caro
hacéis brotar la misteriosa fuente"

'Quisiera que mi libro', de Juan Ramón Jiménez

"Quisiera que mi libro
fuese, como es el cielo por la noche,
todo verdad presente, sin historia.
Que, como él, se diera en cada instante,
todo, con todas sus estrellas; sin
que, niñez, juventud, vejez, quitaran
ni pusieran encanto a su hermosura inmensa.
¡Temblor, relumbre, música
presentes y totales!
¡Temblor, relumbre, música en la frente
-cielo del corazón- del libro puro!"

'Las Comedias', de Calderón de la Barca

"Discreto amigo es un libro:
¡qué a propósito habla
siempre en lo que quiero yo,
siempre en lo que yo no quiero…!"

'Jardín de invierno', de Pablo Neruda

"Llega el invierno. Espléndido dictado
me dan las lentas hojas
vestidas de silencio y amarillo.

Soy un libro de nieve,
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.

Creció el rumor del mundo en el follaje,
ardió después el trigo constelado
por flores rojas como quemaduras,
luego llegó el otoño a establecer
la escritura del vino:
todo pasó, fue cielo pasajero
la copa del estío,
y se apagó la nube navegante.

Yo esperé en el balcón tan enlutado,
como ayer con las yedras de mi infancia,
que la tierra extendiera
sus alas en mi amor deshabitado.
Yo supe que la rosa caería
y el hueso del durazno transitorio
volvería a dormir y a germinar:
y me embriagué con la copa del aire
hasta que todo el mar se hizo nocturno
y el arrebol se convirtió en ceniza.

La tierra vive ahora
tranquilizando su interrogatorio,
extendida la piel de su silencio.

Yo vuelvo a ser ahora
el taciturno que llegó de lejos
envuelto en lluvia fría y en campanas:
debo a la muerte pura de la tierra
la voluntad de mis gerruinaciones"

'Don Libro está helado', de Gloria Fuertes

"Estaba el señor don Libro
Sentadito en su sillón,
con un ojo pasaba la hoja
con el otro ve televisión.

Estaba el señor don Libro
Aburrido en su sillón,
Esperando a que viniera... (a leerle)
Algún pequeño lector.

Don Libro era un tío sabio,
que sabía de luna y de sol,
que sabía de tierras y mares,
de historias y aves,
de peces de todo color.

Estaba el señor don Libro,
tiritando de frío en su sillón,
vino un niño, lo cogió en sus manos
y el libro entró en calor"

'Por fuertes y fronteras', de Luis Alberto de Cuenca

"Qué sería de mí sin vosotros,
tiranos y, a la vez, embajadores,
de la imaginación,
verdugos del deseo
y, al mismo tiempo, mensajeros suyos,
libros llenos de cosas deplorables
y de cosas sublimes,
a los que odiar
o por los que morir"

'A Kempis', de Amado Nervo

"Ha muchos años que busco el yermo,
ha muchos años que vivo triste,
ha muchos años que estoy enfermo,
¡y es por el libro que tú escribiste!

¡Oh Kempis, antes de leerte amaba
la luz, las vegas, el mar Océano;
mas tú dijiste que todo acaba,
que todo muere, que todo es vano!

Antes, llevado de mis antojos,
besé los labios que al beso invitan,
las rubias trenzas, los grande ojos,
¡sin acordarme que se marchitan!

Mas como afirman doctores graves,
que tú, maestro, citas y nombras,
que el hombre pasa como las naves,
como las nubes, como las sombras...,

huyo de todo terreno lazo,
ningún cariño mi mente alegra,
y con tu libro bajo del brazo
voy recorriendo la noche negra...

¡Oh Kempis, Kempis, asceta yermo,
pálido asceta, qué mal me hiciste!
¡Ha muchos años que estoy enfermo,
y es por el libro que tú escribiste!"

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