Papa: sin una renovada fe, toda reforma estructural de la Iglesia es ineficaz

  • Benedicto XVI comparó hoy el nazismo y el comunismo con la lluvia ácida y denunció que la verdadera crisis de la Iglesia en el mundo occidental es una crisis de fe y que si no se llega a una auténtica renovación de la fe, "toda reforma estructural será ineficaz".

Juan Lara

Friburgo (Alemania), 24 sep.- Benedicto XVI comparó hoy el nazismo y el comunismo con la lluvia ácida y denunció que la verdadera crisis de la Iglesia en el mundo occidental es una crisis de fe y que si no se llega a una auténtica renovación de la fe, "toda reforma estructural será ineficaz".

En una jornada que se vio sobresaltada por los disparos que hizo un hombre cerca de la plaza donde varias horas después celebró una misa Benedicto XVI en Erfurt, sin causar daños personales y considerado un gesto de un desequilibrado que nada tenía que ver con la visita, el Pontífice denunció también que muchas personas quieren "liberar" la vida púbica de Dios.

El papa Ratzinger dividió su tercer día de estancia en su país natal entre Erfurt, en la alemania excomunista, una de las zonas menos religiosas de Alemania, y Friburgo, de amplia mayoría católica.

Ante unas 30.000 personas, el Papa dijo en Erfurt que el nazismo y el comunismo tuvieron para el cristianismo el mismo efecto que la lluvia ácida y que sus consecuencias, sobre todo en el plano intelectual y religioso, aún se perciben.

"Muchas consecuencias tardías de ese tiempo todavía no han sido todavía asimiladas. La mayoría de la gente en esta tierra vive aún lejana de la fe en Cristo y de la Iglesia", agregó el Obispo de Roma.

Benedicto XI se mostró convencido de que los cambios del año 1989 (la caída del comunismo) no estaban motivados sólo por el deseo de bienestar y de libertad de movimiento, "sino, sobre todo, por el anhelo de veracidad".

Ya en Friburgo, el Papa afirmó que la verdadera crisis que atraviesa la Iglesia en el mundo occidental es una crisis de fe y que si no se llega a una auténtica renovación de la fe cualquier reforma estructural que se haga no dará resultados.

En un encuentro con el Consejo del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZDK), importante organización del laicado alemán, el papa Ratzinger dijo que en "nuestro rico" mundo occidental y en la Europa del bienestar, el orden y la eficacia hay "mucha pobreza, tanto en las relaciones humanas como en el ámbito religioso".

El Obispo de Roma denunció que vivimos en un tiempo caracterizado "por un relativismo subliminal que penetra todos los ambientes de la vida" y que existe un excesivo individualismo.

Si en Erfurt se reunió con las iglesias protestantes y resaltó la figura de Lutero, hoy en Friburgo lo hizo con la iglesias ortodoxas presentes en Alemania, donde viven 1,6 millones de ortodoxos.

Ante los ortodoxos denunció que muchas personas quieren "liberar" la vida púbica de Dios y les pidió que se opongan "con ardor a cualquier intervención que manipule y seleccione la vida humana".

Benedicto XVI también les exhortó a trabajar juntos "para proteger la vida" desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

"La fe en Dios, creador de la vida, y el permanecer absolutamente fieles a la dignidad de cada persona fortalece a los cristianos para oponerse con ardor a cualquier intervención que manipule y seleccione la vida humana", dijo el Papa.

El Pontífice expresó su "preocupación" por la familia y el matrimonio y aseguró que es importante "preservar de toda interpretación errónea la integridad y la singularidad del matrimonio entre un hombre y una mujer", en una nueva condena de los matrimonio entre homosexuales y parejas de hecho.

El papa Ratzinger aseguró que entre las iglesias cristianas la "más cercana" a los católicos es la ortodoxa, ya que poseen la misma estructura de la Iglesia de los orígenes y por ello espera que no esté muy lejano el día en que de nuevo puedan celebrar juntos la Eucaristía".

La jornada concluyó con una vigilia con 35.000 jóvenes, a los dijo que los daños para la Iglesia no vienen de sus adversarios, "sino de los cristianos tibios".

Les exhortó a ser ejemplos los unos a los otros y ayudarse mutuamente, pero precisó que el mundo en el que vivimos, "a pesar del progreso técnico, no parece más bueno".

El Papa dijo que existen guerras, terror, hambre y enfermedades, pobreza extrema y represión sin piedad y denunció a aquellos "iluminados" que ofrecen el paraíso terrestre "y lo que han instaurados son dictaduras y sistemas totalitarios, en los que la más pequeña llama de humanismo ha sido ahogada".

"A este punto no podemos callar el hecho de que el mal existe. Lo vemos en tantos lugares de este mundo, pero lo vemos y esto nos asusta en nuestra propia vida. Sí, en nuestros corazones existe la inclinación al mal, al egoísmo, la envidia y la agresividad", afirmó.

Tras la vigilia, muchos jóvenes partieron hacia el aeropuerto turístico de Friburgo, donde mañana, domingo, último día de la visita, el Papa oficiará una misa que se espera multitudinaria.

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