Floribeth Mora: "Escuché una voz que me dijo: 'levántate no tengas miedo'"

  • "Levántate no, tengas miedo", son las palabras con las que la costarricense Floribeth Mora afirma haber sido curada por Dios de un aneurisma cerebral gracias a la intercesión de Juan Pablo II, horas después de que este fuera beatificado en 2011.

San José, 5 jul.- "Levántate no, tengas miedo", son las palabras con las que la costarricense Floribeth Mora afirma haber sido curada por Dios de un aneurisma cerebral gracias a la intercesión de Juan Pablo II, horas después de que este fuera beatificado en 2011.

Mora, de 50 años, compareció hoy en San José por primera vez ante la prensa para explicar su experiencia, horas después de que el Vaticano anunció que Karol Wojtyla (1920-2005) será elevado a la gloria de los altares por el milagro de su curación en 2011.

La mujer, una ama de casa madre de cuatro hijos, relató con emoción que la noche del 30 de abril de 2011 quería asistir al Estadio Nacional para observar por televisión la transmisión de la beatificación de Juan Pablo II y participar en una jornada de oración, pero los continuos dolores de cabeza y el fuerte tratamiento médico para su aneurisma se lo impidieron.

"No sé como me desperté y vi toda la beatificación por televisión en mi casa. Al ser las 8 de la mañana del siguiente día (1 de mayo), me desperté, cuando escucho una voz que me dice: 'levántate, no tengas miedo', y yo estaba sola en mi cuarto", expresó Mora.

Tras escuchar esas palabras, la mujer dice que observó una revista conmemorativa a la beatificación de Juan Pablo II que le habían regalado, y que la imagen del beato alzó sus manos y volvió a escuchar la voz: "levántate, no tengas miedo".

Mora cuenta que en ese momento se puso de pie, salió de su cuarto y se encontró con su esposo Edwin Arce, quien le preguntó qué hacía levantada.

"Le dije a mi esposo: me siento bien. Y desde ese día me paré de esa cama y sigo en pie, camino, hablo, estoy bien. El señor me vio con ojos de misericordia por la intercesión de Juan Pablo II, miró a esta mujer indigna y me sanó", expresó Mora.

El 30 de abril de 2011 Floribeth cuenta que asistió a misa y que en la calle de su comunidad se topó con una procesión en la que transportaban a Jesús sacramentado.

"Mi esposo y yo sentimos un escalofrío. Me bajé del carro, toqué a Jesús sacramentado, me persigné, y luego escuché la palabra del sacerdote y él decía que había una sanación y yo sabía que era yo", declaró.

Mora se crió en Cristo Rey, un barrio marginal de San José, pero cuando se casó se trasladó a la comunidad de Tres Ríos, provincia de Cartago, unos 10 kilómetros al este de la capital.

De estatura baja y contextura gruesa, ella es madre de cuatro hijos: Mónika de 29 años, Gabriela, de 26, Edwin, de 25, y Keynner, de 14, y además abuela de cuatro niños con un quinto en el vientre de Gabriela.

A Mora le diagnosticaron un aneurisma cerebral el 14 de abril de 2011, sus esperanzas de vida eran pocas y no podía ser sometida a una operación, ya que los riesgos de morir eran muy elevados, explicó el médico que trató su caso, Alejandro Vargas.

Los fuertes dolores de cabeza le impedían a Floribeth realizar una vida normal y su condición se agravó cuando perdió fuerza en su brazo izquierdo y sentía un adormecimiento de su pierna izquierda.

El 11 de noviembre de 2011, Mora se practicó exámenes de seguimiento de su padecimiento y los médicos determinaron que el aneurisma había desaparecido, sin explicación.

"No vean a esta mujer, vean la realidad. Las explicaciones médicas no existen. yo soy el testimonio de que Dios existe y que él es muy grande. Dios está presente y no me bendijo a mí, bendijo a Costa Rica y al mundo entero", expresó Mora.

Después de que se determinó que estaba sana, Floribeth publicó su testimonio en un blog sobre Juan Pablo II, relató su caso a la Iglesia católica costarricense y poco a poco despertó el interés del Vaticano, que durante 2012 realizó una investigación.

"El que quiera creer que crea", dijo este viernes Mora, quien aseguró que ella y su familia nunca perdieron la fe, aunque reconoció que sí tuvo miedo a morir y del sufrimiento que ocasionaría a su familia.

"No es solo este milagro. Hay muchos más. Para mi Juan Pablo II siempre ha sido un santo, aún cuando estaba vivo", expresó.

Tanto el galeno Vargas como el esposo de Mora y el arzobispo de San José, Hugo Barrantes, estuvieron este viernes en la conferencia de prensa celebrada en la Curia de la capital costarricense.

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