Buscan prohibir que el médico trate al mismo paciente en la pública y la privada

  • La ética médica, a debate: uno de cada tres profesionales trabaja en la salud pública y privada. El Consejo de Bioética del Servicio Gallego ha presentado un proyecto para frenar esta práctica. España tiene el tercer sistema sanitario más eficiente del mundo.

    La iniciativa consiste en que, si un médico trabaja en la sanidad pública y decide abrir una consulta privada, tiene que tener prohibida la derivación de esos pacientes a su centro particular.

Diego Caldentey
Diego Caldentey

Los últimos informes del Sistema Nacional de Salud señalan que en España uno de cada tres médicos trabaja tanto en la salud pública como en la privada. Debido al altísimo porcentaje de profesionales sanitarios que se ganan la vida en ambos sistemas, en simultáneo, no es infrecuente una tendencia que, ya hace unos años, fue alertada por la Camfic y es considerada una práctica "no ética".

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La estrecha convivencia de los sectores público y privado en esa práctica cotidiana de los médicos de familia hace que no pocos traten a sus mismos pacientes en los dos lados. O que 'deriven' al enfermo de uno a otro. Ahora, el Consejo de Bioética del Servicio Gallego de Salud (un órgano colegiado de carácter permanente, consultivo, interdisciplinar e independiente) ha decidido presentar un proyecto pionero en el ámbito nacional para actuar "en caso de conflicto de intereses".

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Este órgano quiere establecer de manera categórica, a través de legislación específica, que si un médico que trabaja en la sanidad pública decide abrir una consulta privada, debe tener prohibida la derivación de esos pacientes a su consulta particular para hacerse determinadas pruebas o agilizar su atención con la excusa de que así evita listas de espera, tal como muchos profesionales alegan para seguir implementando esta conducta.

"Las autorrecomendaciones son inadmisibles", señala el documento presentado por el mencionado órgano. Los expertos en bioética lanzan además otras recomendaciones en el marco de su iniciativa para evitar conflictos de intereses, entre ellas "los incentivos a los médicos, la inducción a la prescripción y la autoconcertación". También agregan que éste es "un tema controvertido por su potencialidad para generar conflictos de intereses".

De los 100.000 médicos colegiados que trabajan en la sanidad pública, cerca de 30.000, según las cifras oficiales, trabajan por la mañana en la sanidad pública y, acabado su turno, continúan su trabajo por la tarde en servicios gestionados por la sanidad privada. Éste no es un número menor, y más teniendo en cuenta que cifras extraoficiales apuntan a que en la realidad el 50 por ciento de los profesionales sanitarios compaginan sus labores públicas con las privadas.

El proyecto del Consejo de Bioética del Servicio Gallego de Salud, en realidad, vuelve a poner en tela de juicio un tema aún no resuelto en nuestra sanidad. ¿Es ético que un médico trabaje al mismo tiempo en el sector público y en el privado? ¿Entra en conflicto la sanidad pública con la privada cuando un profesional ejerce en ambas? Si es así, ¿cuál se ve perjudicada y cuál favorecida?

La ginecología, por ejemplo, es una de las especialidades en las que más proliferan las consultas privadas, que derivan de la atención en la sanidad pública, según los artífices de la iniciativa. Llegado el momento del parto, hay mujeres que se decantan por un hospital privado porque éste les da la posibilidad de vivir ese momento tan importante en un ambiente más íntimo, al ofrecerles una habitación individual y no una compartida, entre otros motivos de comodidad y atención más individualizada.

Los médicos, por su parte, alegan que la situación de precariedad laboral y los sueldos llevan a tener que buscar su desarrollo como profesionales en ambos sistemas sanitarios. La remuneración económica en el sector privado es aproximadamente cuatro veces mayor que en el sistema público, según coinciden entidades que representan a los médicos.

Otro argumento muy utilizado por éstos es el de las listas de espera en la sanidad pública. No es ningún secreto que, en ocasiones, los propios pacientes aseguran que sus médicos con consulta privada "recomiendan" en la sanidad pública a los mismos ir a su clínica privada para saltarse la lista de espera que hay en la administración pública, en determinadas especialidades.

También entra a tallar en este aspecto la polémica de las derivaciones y las externalizaciones del sistema público al privado: operaciones o pruebas pagadas con dinero público que se realizan en centros privados parecen no contribuir a erradicar una práctica como la mencionada. 

Cabe destacar que el tema ya ha sido objeto de profundo análisis por los partidos políticos. Entre las propuestas electorales de este año para la sanidad pública de Ciudadanos, por ejemplo, destaca la necesidad de "incrementar los incentivos económicos a la productividad, así como fomentar la exclusividad en el sector público".

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