Hombre recorre 160 kilómetros cargando cruz para concienciar sobre el cáncer

  • El padre de una menor sobreviviente de cáncer quiere crear conciencia en Estados Unidos sobre una enfermedad que aqueja a miles de niños en el mundo, cargando sobre sus hombros una pesada cruz de madera durante más de 160 kilómetros en California.

Santa Ana (EE.UU.), 1 oct.- El padre de una menor sobreviviente de cáncer quiere crear conciencia en Estados Unidos sobre una enfermedad que aqueja a miles de niños en el mundo, cargando sobre sus hombros una pesada cruz de madera durante más de 160 kilómetros en California.

Rubén Loya recorrió esa distancia desde el Condado de Riverside hasta San Diego en el estado de California, para cumplir lo que aseguró ser un mandato de Dios.

"Es una cruz muy pesada, más de 80 libras, pero esto no es nada para lo que mi hija o otros niños han cargado en sus espaldas por el cáncer", declaró a Efe este hombre de ascendencia mexicana y padre de tres niños.

La terrible enfermedad llegó a la familia Loya en 2011, cuando le encontraron a la pequeña Christina, en ese entonces de 6 años, un tumor de 10 centímetros en el hígado.

Las esperanzas de una pronta recuperación se desvanecieron cuando los médicos descubrieron que la masa había crecido otros seis centímetros.

"La enfermedad de mi hija me hizo abrir los ojos y darme cuenta de lo terrible que es esto", advirtió Loya.

La niña que estuvo entrando y saliendo por más de un año a los hospitales soportó 10 sesiones de quimioterapia y no fue sino hasta que obtuvo un trasplante de hígado que logró superar la batalla contra el cáncer el año pasado.

Aunque su hija ya había sido dada de alta y es considerada como una paciente en remisión de cáncer, el fantasma de este padecimiento siguió atormentando a Loya, un soldado activo de la Marina de Estados Unidos.

El caso de la niña Jade Baeza, quién sufrió una recaída de leucemia, lo inspiró a hacer algo para llamar la atención de su comunidad.

"Él quería hacer algo y estaba preguntándole a Dios qué hacer y un día se levantó diciendo: tengo que cargar una cruz y que la gente se de cuenta que hasta una simple oración puede ayudar", explicó su esposa, Lizeth Loya.

En octubre de 2013, cuando su hija ya se había recuperado, Loya hizo su primer gran recorrido en el sur de California, siempre vestido con su uniforme de soldado.

"Cuando estaba caminando, la gente lo encontraba y lo paraban para darle agua y comida, le contaban sus historias y le decían reza por mi por favor", relató la esposa.

Fue tanta la entrega de ese primer trayecto que ni el nacimiento del menor de sus hijos lo hizo apartarse de su promesa.

Con la cruz a cuestas, Loya llegó al Hospital de Niños de Loma Linda en San Diego, donde Baeza y decenas de personas lo esperaban y lo recibieron como un héroe.

Pocos días después de cumplir su promesa, la niña Baeza recibió la buena noticia de que había un donador compatible.

Aunque parecía que la labor de este soldado por atraer las miradas hacia esta enfermedad quedaría ahí, este año, Loya, decidió repetir la odisea y hacer un llamamiento nacional para crear conciencia sobre cómo la comunidad puede aportar a la causa contra el cáncer.

"Son cosas simples, como la donación de sangre, que pueden ayudar. Nosotros vivimos lo que es no tener sangre y tener que viajar dos horas para conseguirla", explicó Loya, quien llegó con la cruz hasta el Centro de Donación de Sangre de la Cruz Roja Americana de Santa Ana, California.

Además de la donación de sangre y el registro para buscar donantes de médula ósea, Loya pide a la gente una oración por los enfermos.

La cruz está poco a poco llenándose de nombres de personas por las que se ha pedido sanación.

No obstante, este año Loya está buscando quién pueda cargar la cruz por él. En 2015, Loya podría estar asignado fuera de Estados Unidos para prestar servicios y no quiere que este llamado se termine aquí.

"El llamado es para las familias hispanas, tenemos que unirnos y crear una red de apoyo y soporte alrededor de esta cruz", advirtió Lizeth, quien es oriunda de Michoacán (México).

Mientras encuentra a quién pasarle la cruz de madera, Loya seguirá cargando a cuestas el mensaje de que no se puede esperar a que la enfermedad llegue a su familia para hacer algo por combatirla.

"Hay mucho por hacer, donar sangre, donar dinero, enviar una carta, rezar, colocar un mensaje en Facebook, hay que dejar un legado de que hay lucha contra esta enfermedad", concluyó Loya.

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