Con motivo del Día Mundial del Paludismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha centrado el foco contra la enfermedad con el fin de reducirla a unos niveles considerables que ronden el 90 por ciento en 15 años, unos resultados que aunque puedan parecer utópicos, las medidas llevadas a cabo durante estos años han tenido unos logros significativos que han logrado disminuir considerablemente las cifras en cuanto a infectados y fallecidos por el mal de la malaria.
A continuación exponemos algunos datos clave para entender en qué consiste esta enfermedad que asola en gran proporción al continente africano, y cuyas repercusiones tanto en la infección como en su tratamiento son de gran importancia para concienciar de un problema que está en manos de la ayuda humanitaria a todos los niveles para que las tomas de acción y el proyecto de erradicación de la enfermedad sea lo más eficaz posible:
La malaria o paludismo la causa un parásito que se transmite a las personas por la picadura de mosquitos infectados.
La malaria la causa unos parásitos del género Plasmodium, que se transmiten a las personas por la picadura de un vector infectado: el mosquito Anopheles.
De las cinco especies de parásito que provocan paludismo en el ser humano, la más mortífera es la denominada Plasmodium falciparum.
Casi el 50 por ciento de la población mundial está expuesta a esta enfermedad
Unas 3.200 millones de personas están en riesgo de contraer la enfermedad. En 2015, el total estimado era de 214 millones de casos, con 438 000 defunciones registradas.
Los niños de corta edad, las embarazadas y los viajeros no inmunes procedentes de zonas libres de malaria son el grupo más vulnerable a la enfermedad en caso de infección.
Los niños menores de cinco años corren un riesgo muy elevado de sufrir malaria
En las zonas con mayor tasa de transmisión, los niños menores de cinco años están especialmente expuestos a ser infectados, así como a padecer la enfermedad y a fallecer a causa de ella.
Más de dos terceras partes (un 70 por ciento) de todas las defunciones por paludismo se producen en este grupo de edad. En 2015 fueron 305.000 los niños africanos fallecidos antes de llegar al lustro.
Afortunadamente, la tasa de mortalidad por paludismo sigue disminuyendo
El aumento de las medidas de control y prevención del paludismo, y la carga de la enfermedad, se está reduciendo considerablemente en muchos lugares del mundo.
Desde el año 2000, las tasas de mortalidad por paludismo han decaído más de un 60% en todo el mundo en todos los grupos etarios y un 65 por ciento entre los niños menores de cinco años.
El diagnóstico precoz y su tratamiento inmediato son indispensables para evitar la muerte por malaria
El diagnóstico y el tratamiento temprano del paludismo logran atenuar la enfermedad eficazmente. Evitan la muerte y contribuyen también a reducir la transmisión.
El acceso a las pruebas de diagnóstico y al tratamiento no son sólo un componente del control del paludismo, sino también un derecho fundamental de todas las poblaciones en riesgo.
La aparición de resistencia al compuesto de artemisinina preocupa a la comunidad médica.
Se ha comenzado a detectar resistencia de los parásitos a la artemisinina, el compuesto básico de los tratamientos combinados recomendados por la OMS para el paludismo no complicado, en cinco países de Asia Sudoriental: Camboya, Myanmar, República Democrática Popular Lao, Tailandia y Viet Nam.
Sin embargo, los tratamientos combinados basados en la artemisinina siguen siendo muy efectivos en prácticamente todos los entornos, siempre que el otro fármaco de la combinación sea efectivo en la zona en cuestión.
Dormir bajo mosquiteros tratados con insecticidas de acción prolongada es una de las mejores formas de protegerse contra el paludismo
Los mosquiteros tratados con insecticidas de acción prolongada son una protección personal contra las picaduras de mosquitos. Pueden utilizarse especialmente en zonas con gran transmisión del paludismo para proteger a la población en mayor riesgo ( los niños menores de 5 años y embarazadas).
La durabilidad de estos mosquiteros está entre dos y tres años, dependiendo del modelo y sus condiciones de utilización. Entre 2000 y 2015, la proporción de niños que duermen bajo mosquiteros tratados con insecticidas ha aumentado significativamente en el África subsahariana de menos del 2 por ciento a un 68 por ciento.
La fumigación de interiores con insecticidas de acción residual es la forma más eficaz de reducir rápidamente la transmisión del paludismo.
Los resultados más eficaces contra la malaria consisten en la fumigación de interiores con insecticidas de acción residual, ejerciendo un resultado óptimo cuando se fumiga al menos el 80% de las viviendas de la zona en cuestión.
La fumigación de interiores es eficaz durante tres y seis meses. Depende también del insecticida utilizado y la superficie sobre la que se aplica. Actualmente se están desarrollando insecticidas con acción residual más prolongada.Las embarazadas corren un riesgo especial de contraer malaria
Las embarazadas corren un riesgo muy alto de morir por complicaciones del paludismo grave. Esta enfermedad puede acarrear abortos espontáneos, partos prematuros, muerte prenatal y anemia materna grave, y es responsable de aproximadamente una tercera parte de los casos prevenibles de insuficiencia ponderal del recién nacido.
Para las embarazadas que viven en zonas con tasas de transmisión entre moderadas y altas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda administrar, a partir del segundo trimestre, profilaxis intermitente en todos los controles prenatales programados.El paludismo acarrea pérdidas económicas considerables en los países más afectados
La malaria achaca especialmente a las familias y a las comunidades en una espiral de pobreza, afectando de forma desproporcionada a poblaciones pobres y marginadas que no pueden pagarse el tratamiento o tienen un acceso limitado a la atención sanitaria.
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