ALCER CUMPLE 40 AÑOS DANDO VIDA

La Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales (Alcer) cumple 40 años mejorando la vida de estos pacientes y de sus familias y lo celebrará con un logotipo conmemorativo, iluminando edificios de distintas ciudades y difundiendo su imagen en un cupón de la ONCE.
El 29 de febrero de 1976 un grupo de personas con enfermedad renal decidió unirse y crear la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales (Alcer), una entidad que nació con el fin de reivindicar las necesidades que en esos momentos tenían los pacientes renales.
En un principio la entidad nació como Alcer Nacional con sede en Madrid, pero la iniciativa se fue extendiendo a las distintas provincias del país y surgió de esta forma el movimiento asociativo Alcer.
El 5 de mayo de 1976, la Dirección General de la Seguridad Social comunicó a Alcer que los estatutos estaban aprobados, lo que supuso el nacimiento de Alcer Nacional, “ante las deficiencias y la situación de precariedad que estaban viviendo los pacientes renales”.
En 1977 se elaboró el primer borrador de la actual ley de trasplantes, cuyo principal impulsor fue el profesor Carlos María Romeo Casabona, persona con enfermedad renal, miembro de Alcer desde aquella época.
Se trata de la Ley 30/79, que 36 años después de ser promulgada sigue regulando “adecuadamente” la actividad de donación y trasplante, según Alcer, que recuerda también que el Reglamento de dicha norma se creó en 1981, 15 años antes de que se desarrollara el decreto 411/1996, de 1 de marzo, por el que se regulan las actividades relativas a la utilización de tejidos humanos.
En la actualidad todas las personas con enfermedad renal tienen acceso a realizar el tratamiento renal sustitutivo, pero Alcer se enfrenta a nuevos retos, ya que muchos fallecen por problemas cardiovasculares antes de detectarles la enfermedad renal y sigue habiendo 4.000 enfermos en lista de espera para recibir un trasplante de riñón.
Actualmente, Alcer cuenta con 52 entidades federadas y dos adheridas, todas ellas profesionalizadas con los años dando servicios a los pacientes renales, con psicólogos, trabajadores sociales, nutricionistas, etc.