TRES DE CADA CUATRO PERSONAS QUE MUEREN ESPAÑA FALLECEN DESPUÉS DE UN PROCESO DE ENFERMEDAD CRÓNICA DE LARGA EVOLUCIÓN

Tres de cada cuatro personas que mueren en España fallecen después de un proceso de enfermedad crónica de larga evolución, según afirmó el doctor Carles Blay durante su participación en las Mesas de Diálogo Edad&Vida sobre ‘Acompañamiento al final de la vida’ celebradas recientemente en el Palau Macaya de Barcelona.
Organizada por la Fundación Edad&Vida, la jornada estuvo dirigida a profesionales especializados en el acompañamiento y la atención a personas que se encuentran en su última etapa de vida y abordó aspectos como el de la espiritualidad o la muerte digna y en paz.
El encuentro fue inaugurado por el gerente de Servicios y Bienestar Social de la Diputación de Barcelona, Josep Muñoz; la directora general de Familias del Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia de la Generalitat catalana, Roser Galí, y el director general de Edad&Vida, Albert Vergés.
Asimismo, estuvieron presentes la directora del Departamento de Ayuda contra la Pobreza y Humanización de la Salud de la Fundación Bancaria 'la Caixa', Montse Buisán; el director corporativo de Captación y Prescripción de Grupo Mémora, Joan Berenguer, y la responsable de Asistencia Psicológica y Atención al Duelo de DKV Seguros, María José Aldunate.
Las Mesas de Diálogo se iniciaron con la conferencia de Julio Gómez, médico especializado en cuidados paliativos del Hospital San Juan de Dios de Santurtzi, quien apuntó que "evitar la muerte con dolor, con miedo o en soledad es un reto en el acompañamiento al final de la vida, puesto que en ese momento hay mucha visita pero poco acompañamiento".
A continuación, Carles Blay, director adjunto de la Cátedra de Cuidados Paliativos de la Universidad de Vic, moderó una mesa redonda en la que participaron representantes de la Universidad de Vic, el Programa Paciente Experto de Catalunya, la Dirección Asistencial de Atención Primaria (ICS) y el Centro Residencial SARQuavitae Barcelona.
Durante su intervención, Blay explicó que una de cada cuatro personas con una enfermedad crónica de grado avanzado vive en un centro residencial y no en su domicilio habitual, y aseguró que acompañar en el final de la vida es “un deber de cualquier profesional sociosanitario, independientemente de su perfil profesional y del lugar en el que se preste esa atención”.
Posteriormente, la enfermera de la Unidad de Acompañamiento Educativo en las Enfermedades, Duelo y Muerte de Quironsalud, Teresa Cerezo, moderó un debate sobre propuestas innovadoras para la mejora del acompañamiento y la atención al final de la vida. En él participaron miembros de Grupo Mémora, la Residencia Parc Guinardó de Eulen Sociosanitarios, el Hospital San Juan de Dios de Santurtzi y DKV Seguros.

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