Diseñan una máquina que ayuda a la rehabilitación de un paralítico cerebral

  • La familia de José Manuel Gómez, un niño de 8 años de Lepe (Huelva), con parálisis cerebral infantil, ha recurrido a un taller mecánico de automóviles para fabricar un artefacto casero que permite que el niño pueda llevar a cabo su rehabilitación a diario.

Lepe (Huelva), 8 mar.- La familia de José Manuel Gómez, un niño de 8 años de Lepe (Huelva), con parálisis cerebral infantil, ha recurrido a un taller mecánico de automóviles para fabricar un artefacto casero que permite que el niño pueda llevar a cabo su rehabilitación a diario.

Un ingenio que sustituye el mecanismo de una bicicleta estática por el de un elevalunas de coche, y que José Manuel utiliza cada día una media de treinta minutos para ayudar no sólo a ponerse de pie, sino también para manejar con naturalidad una bicicleta elíptica.

Como ha explicado a Efe su padre, Francisco Gómez, la historia de José Manuel es la superación desde su nacimiento, ya que su madre sufrió una hemorragia en el quinto mes de embarazo que hizo que el niño naciese prematuro, con apenas un kilo de peso.

Tras una larga estancia en una incubadora, José Manuel salió adelante, aunque con una parálisis que le impide ponerse de pie y utilizar las manos con normalidad, aunque se maneja con soltura en la vida diaria, incluso puede hacer sus deberes y jugar con el ordenador como cualquier niño.

Sin embargo, a la hora de hacer la rehabilitación que necesita para que sus piernas tengan movilidad, llegaron los problemas: "Vimos varias opciones, y todas se nos salían del presupuesto, de modo que pensé en un amigo que tiene un taller mecánico, y con mis ideas y su ingenio sacamos adelante la máquina".

No ha sido el único invento que esta colaboración ha sacado adelante para José Manuel, ya que el niño puede pasear en bicicleta, algo impensable teniendo en cuenta su enfermedad, mediante una bici diseñada especialmente para él que va adosada a la que maneja su padre.

La historia de José Manuel no ha pasado desapercibida para sus vecinos, sobre todo después de que el padre lanzase esta semana un llamamiento de ayuda, tras localizar un tratamiento en Galicia que puede hacer que el niño mejore sensiblemente de su dolencia, aunque es caro, y su sueldo de albañil, además de que se ha quedado en paro, no se lo permitía.

Para recaudar dinero, ha pedido a sus vecinos que les entreguen todo tipo de tapones de plástico que, reunidos en gran número, son vendidos para reciclaje, aunque hacen falta grandes cantidades, ya que la tonelada se paga aproximadamente a unos 400 euros.

La respuesta no se ha hecho esperar, y a su casa llegan cada día decenas de tapones, aportados por particulares, asociaciones o los colegios del municipio onubense, así como por vecinos de localidades limítrofes.

Mientras, su hijo se lo toma con una filosofía impropia de un niño de 8 años: "Doy las gracias a todo el que me ayude, pero hay muchos niños que también les hace falta", explica mientras culmina su tanda de ejercicios suspendido por un arnés que le permite estar de pie por unos minutos. EFE

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