Un estudio de la UMA revela que el nivel socioeconómico podría ser determinante en el riesgo cardiovascular

  • Un estudio recientemente publicado en la Revista Española de Cardiología, una de las publicaciones de mayor impacto de esta área, pone de manifiesto la relación entre el Producto Interior Bruto (PIB) y la mortalidad cardiovascular.
EUROPA PRESS

Así, investigadores de la Universidad de Málaga (UMA), el Hospital Universitario Virgen de la Victoria y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (Cibercv), han constatado que existe una asociación inversa entre riqueza y mortalidad por causas cardiovasculares.

En el análisis se observa una correlación entre menor PIB y mayor mortalidad por cardiopatía isquémica y enfermedad cerebrovascular, así como un menor número de intervenciones como angioplastias, cirugías o marcapasos, según ha indicado Manuel Jiménez-Navarro, investigador del Cibercv, del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga y coordinador del estudio.

Aunque sigue siendo la primera causa de muerte en España (29,66 por ciento de la mortalidad), existen diferencias entre las comunidades autónomas, siendo Andalucía la región con mayor índice de mortalidad cardiovascular (33,16 por ciento) y Canarias la de índice menor (24,34 por ciento).

El equipo de investigación analizó los datos del PIB per cápita medio durante los años 2005 a 2014 en relación con la mortalidad cardiovascular general, por enfermedad arterial coronaria, insuficiencia cardiaca y accidente cerebrovascular. Asimismo, se estudió la media de intervenciones cardiovasculares por comunidades autónomas, según ha indicado la UMA en un comunicado.

Andalucía, una de las regiones con PIB más bajo de España --sólo seguida por Extremadura-- supera en 3,5 puntos la media de española de mortalidad cardiovascular general, siendo la comunidad que registró una media superior en el periodo estudiado, al igual que en insuficiencia cardiaca y accidente cardiovascular.

Los resultados del estudio ponen de manifiesto que la riqueza económica de una región podría considerarse uno de los factores a tener en cuenta en la estimación del riesgo cardiovascular, así como a la hora de establecer medidas preventivas.

El doctor Jiménez-Navarro ha explicado que se debería añadir a los factores de riesgo cardiovascular tradicionales otras variables sociales como el grado de cobertura y la calidad del acceso a todos los niveles sanitarios, la estructura del mercado laboral o el nivel educativo, "factores todos ellos influidos por el PIB".

El equipo de investigadores que han participado en el estudio forma parte del Ciber de enfermedades Cardiovasculares, dependiente del Instituto de Salud Carlos III, constituido a comienzos de año. Antes formaba parte de la Red de Investigación Cardiovascular (RIC) del citado instituto.

El doctor Pérez-Belmonte, otro de los colaboradores del estudio, posee un contrato Post-MIR Jordi Soler en la mencionada Red de Investigación Cardiovascular.

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