La ONG, que ha atendido a 17.000 pacientes, ha advertido en un comunicado de que en once de las provincias la extensión de la enfermedad ya ha adquirido proporciones de epidemia. El brote se inició en junio en Kivu Norte y aún no ha sido controlado.
Para el coordinador general de MSF en República Democrática del Congo, Cisco Otero, la actual crisis evidencia "la urgente necesidad de desarrollar medidas de prevención, como vacunaciones y saneamiento de agua, en las áreas donde el cólera es endémico" --seis provincias del país africano--.
"La contención de la epidemia se hace imperante, con la llegada de la estación de lluvias, la propagación del virus puede ser todavía mayor y llevarnos a una situación crítica", ha avisado Otero.
La sequía de los últimos meses y la alta movilidad de la población en algunas zonas ha favorecido la propagación de la enfermedad, que ya suma un 28 por ciento más de casos que en todo 2016. La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó más de 1.500 casos sólo durante la última semana de agosto.
MSF ha habilitado una treintena de unidades y centros de tratamiento de cólera (CTC). En los centros de Kivu Norte, los enfermos siguen llegando por centenares, con 618 registros durante la primera semana de septiembre.
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