CIENTÍFICOS ESPAÑOLES ESTABLECEN QUE LA ‘MEMORIA’ AMBIENTAL SE TRANSMITE HASTA 14 GENERACIONES

Científicos de tres centros de investigación de Barcelona han establecido que el impacto en cambios ambientales se puede transmitir en los genes de hasta 14 generaciones, el máximo tiempo confirmado hasta ahora en animales, según un estudio realizado en un pequeño gusano.
La investigación, que se publicará este viernes en la revista ‘Science’, ha sido desarrollada por un equipo de científicos del Centro de Regulación Genómica (CRG), el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, ambos en Barcelona, y el Instituto de Investigación Germans Trias y Pujol en el campus Can Ruti de Badalona.
Los científicos estudiaban unos gusanos llamados C. elegans a los que, mediante técnicas de ingeniería genética, introdujeron un chip transgénico que codifica una proteína fluorescente. Cuando los gusanos estaban a 20ºC, este chip era menos activo, emitiendo sólo una pequeña cantidad de esta proteína. Pero al cambiar los animales a un clima más cálido (25ºC), la actividad del chip se incrementaba de forma significativa, haciendo que los animales emitieran una brillante fluorescencia cuando se les observaba con luz ultravioleta en el microscopio.
Según una nota informativa de los tres centros de investigación, al volver los gusanos a su temperatura ambiente habitual y más fría, sus transgenes continuaban muy activos, lo que sugiere que de alguna manera estaban reteniendo la ‘memoria’ a su previa exposición al calor. Según los científicos, curiosamente los niveles altos de actividad se transmitieron a su descendencia y hasta siete generaciones más tarde.
De hecho, el número de generaciones afectadas se incrementó de forma considerable al exponer los gusanos de las cinco primeras generaciones a 25ºC. Después, el efecto fluorescente se mantuvo durante, al menos, 14 generaciones.
El doctor Ben Lehner, jefe de grupo en la Unidad EMBL-­CRG de Biología de Sistemas del CRG, explicó que “descubrimos este fenómeno por causalidad, pero demuestra que es ciertamente posible transmitir información sobre el ambiente a lo largo de las generaciones”.

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