Científicos vinculan por primera vez un ARN circular a la función cerebral

  • Científicos del Instituto de Biología de Sistemas Médicos de Berlín (BIMSB) del Centro Max Delbrück de Medicina Molecular en la Asociación Helmholtz en Alemania han vinculado por primera vez un ARN circular a la función cerebral.
Científicos vinculan por primera vez un ARN circular a la función cerebral
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EUROPA PRESS
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El ARN es mucho más que el mensajero entre el ADN y la proteína que codifica. De hecho, hay varios tipos de moléculas de ARN que no codifican y se han descubierto unas dos docenas de variedades de ARN que forman redes dentro del microcosmos molecular.

Los más enigmáticos son los ARN circulantes, una clase inusual de ARN cuyas cabezas están conectadas a sus colas para formar un anillo covalentemente cerrado. Estas estructuras habían sido consideradas durante décadas como una especie rara, exótica del ARN, a pesar de que los actuales análisis de secuenciación de ARN han revelado que son una clase grande de ARN y que está altamente expresada en los tejidos cerebrales.

Curiosamente, según los expertos, la mayoría de los ARN circulares son inusualmente estables y flotan en el citoplasma durante horas e, incluso, días enteros. En este sentido, para el trabajo los científicos estudiaron el Cdr1as, un gran lazo de ARN de una sola cadena que tiene 1.500 nucleótidos alrededor y que podría actuar como una "esponja" para las moléculas de ARN cortas (microARNs).

En los tejidos cerebrales de ratones y personas, hay dos microRNAs llamados miR-7 y miR-671 que se unen a ella. En un paso siguiente, los científicos eliminaron selectivamente los Cdr1as en ratones utilizando la tecnología de edición de genoma CRISPR/Cas9, comprobando que en estos animales, la expresión de la mayoría de los microARNs en cuatro regiones cerebrales estudiadas permaneció imperturbable, si bien miR-7 y miR-671 se iban regulando.

"Esto indica que Cdr1as por lo general estabiliza o transporta miR-7 en las neuronas, mientras que miR-167 podría servir para regular los niveles de este particular RNA circular. Quizás deberíamos pensar en Cdr1as no como una esponja sino como un barco porque evita que sus pasajeros se ahoguen y se trasladen a nuevos puertos", han detallado los expertos.

Finalmente, los científicos han explicado coloquialmente su hallazgo. Cuando un ruido fuerte de repente perturba el ambiente tranquilo de una biblioteca, uno no puede evitar alarmarse. Sin embargo, el mismo golpe, parecerá mucho menos amenazante al lado de un sitio de construcción. En este caso, el cerebro ha tenido la oportunidad de procesar ruidos anteriores y filtrar información innecesaria. Por lo tanto, el reflejo de sobresalto se amortigua y esta función cerebral básica que permite a los animales y personas sanos adaptarse temporalmente a un fuerte estímulo y evitar la sobrecarga de información, ahora se ha vinculado a Cdr1as", han zanjado.

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