Floribeth Mora, el milagro católico que busca comprender su misión en la vida

  • Tranquila pero aún cansada por el ajetreo mediático de estos días, la costarricense Floribeth Mora busca comprender la misión que deberá cumplir tras recibir una "segunda oportunidad" de vida por medio de un milagro que permitirá la canonización de Juan Pablo II.

Douglas Marín

San José, 7 jul.- Tranquila pero aún cansada por el ajetreo mediático de estos días, la costarricense Floribeth Mora busca comprender la misión que deberá cumplir tras recibir una "segunda oportunidad" de vida por medio de un milagro que permitirá la canonización de Juan Pablo II.

"Esto es un honor. Hay tantas personas con tantos milagros y el Señor me escogió a mí entre tantas personas. Usted recorre el mundo y siempre habrá alguien que contará un milagro", declaró Mora en una entrevista con Efe.

En compañía de su familia y de sus vecinos del humilde barrio de Dulce Nombre de Tres Ríos, ubicado en los cerros que rodean la capital de Costa Rica, San José, Mora descansa tras el intenso viernes en el que fue presentada oficialmente como la persona en la que se obró el segundo milagro del beato Karol Wojtyla (1920-2005).

Decenas de cámaras fotográficas, de televisión, periodistas locales e internacionales, vecinos y desconocidos, se han acercado a Mora desde el viernes para conocer su historia y de como fue sanada de un aneurisma cerebral por la intercesión de Juan Pablo II.

Esta mujer de 50 años y estudiante de Derecho, se considera "indigna" de recibir un milagro, pero afirmó que "es bonito" y "un compromiso de fe".

Mora, quien trabaja en una pequeña empresa familiar, piensa que toda su vida se preguntará por qué fue escogida para recibir un milagro, aunque cree que tiene una misión que ha comenzado a comprender.

"Por ahora he recibido tanta gente y voy entendiendo el propósito.Tengo que darles lo que yo siento para aumentar la fe. Ellos tienen miedo como lo tenía yo y empecé a ver mi misión: ayudar al que necesita y darle una palabra de consuelo al enfermo", aseguró.

Esta madre de cuatro hijos y abuela de cuatro niños, considera que Dios le dio "una segunda oportunidad para hacer muchas cosas", entre las que pone como prioridad una "sanación espiritual" personal.

Mora también sueña con ejercer el Derecho algún día. Por ahora lleva tres años de carrera y aunque se rezagó debido al aneurisma cerebral, no piensa renunciar.

"Llevo bloques (de asignaturas) más cortos y voy algo rezagada, pero lo importante es que estoy viva y puedo continuar", aseguró.

Los médicos le dieron pocas esperanzas de vida en abril de 2011 cuando le detectaron un aneurisma cerebral que le provocaba fuertes dolores de cabeza y pérdida de movilidad en la parte izquierda de su cuerpo.

Ella asegura que el 1 de mayo de ese año, día de la beatificación de Juan Pablo II, al ver una revista con la imagen del papa polaco, escuchó una voz que le dijo dos veces "levántate, no tengas miedo" y se sintió curada.

En noviembre de ese año los médicos no encontraron rastros del aneurisma en los exámenes de seguimiento y a partir de 2012 el Vaticano comenzó la investigación del caso, hasta oficializar el pasado viernes que se trataba del segundo milagro atribuido a la intercesión de Juan Pablo II.

En todo este proceso la familia fue una parte esencial para Floribeth, en especial su esposo, Edwin Arce, con quien se casó hace 26 años tras enamorarse en el trabajo. Él era policía en el Ministerio de Seguridad y ella secretaria.

"Él es la parte más valiosa de mi matrimonio. Lo admiro y respeto. Es una persona humilde que se ha labrado un futuro, una persona de trabajo, excelente como persona, esposo y padre, es único", manifestó.

Esta pareja decidió colocar al frente de su casa un altar en honor de Juan Pablo II desde el día de su beatificación, que sigue allí para que esté al alcance de todos.

"Todos tienen una necesidad y Dios les hace milagros a todos", dijo Mora.

El arzobispo de San José, Hugo Barrantes, ha dicho, entre otras cosas, que este milagro se trata de un mensaje de Dios en favor de la familia y en contra de la fecundación in vitro, una técnica que no está permitida en Costa Rica y cuya aprobación buscan algunos sectores sociales y políticos.

"Yo no opino sobre eso (fecundación in vitro). No tengo por qué relacionarlo con lo mío. Son temas muy diferentes. Él (Barrantes) tiene su opinión", expresó Mora.

Mora creció en Cristo Rey, un barrio marginal de San José, junto a sus padres y nueve hermanos, pero asegura que pese a la mala fama de inseguridad y delincuencia del lugar, tuvo una infancia "tranquila".

Su familia siempre le inculcó la religión católica y ella ha hecho lo mismo con sus hijos y asegura que no ha prestado atención a lo que dicen las personas escépticas.

"El que quiere creer que crea, cada quien tiene su creencia", apuntó.

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