A la oficina de la Casa Blanca han llegado ya los primeros informes de que la organización terrorista, tradicional aliado de los talibán, ya habría llevado a cabos sus primeras acciones.
"El mundo debería cooperar con nosotros. Se ha mantenido la seguridad en el país y la gente está en problemas económicos; la comida y las medicinas son escasas", ha reclamado Muyahid ante los medios.
Ya se ha prohibido a las niñas mayores de doce años asistir a la escuela en muchos lugares del país y "asociaciones de mujeres de la sociedad civil han sido acusadas de obscenas", aseguran.
El caos afgano abre una nueva ventana de oportunidad para el terrorismo que aspiraba a combatir Bush.
El análisis ha concluido que el PIB podría contraerse hasta un 13,2 por ciento, una cifra que supondría un aumento de la tasa de pobreza de 25 puntos porcentuales.
El grupo se ha recuperado de la muerte de Bin Laden y las operaciones de la lucha antiterrorista. Al Qaeda ha ahondado en su proceso de descentralización, con un núcleo central oculto entre Afganistán y Pakistán.
AUME, ASFASPRO y ATME han decidido dar este paso después de meses denunciando que "las buenas palabras" que se dedican a los militares por sus actuaciones no se traducen en unas nóminas adecuadas.
"No somos una fuerza tribal", han afirmado, al tiempo que han manifestado su intención de mantener buenas relaciones con Estados Unidos.
El Gobierno qatarí no ha puesto plazo a la reapertura, mientras que Turquía, a la que los talibán también han pedido ayuda, ha advertido de que persisten serias dudas en materia de seguridad.
Cuenta con más de quince años de experiencia en operaciones militares en Afganistán, Costa de Marfil, Yibuti y República Centroafricana, así como en labores de escolta en Israel, Chipre, el Reino Unido.
"La última fortaleza del enemigo mercenario fue completamente conquistada", asegura en un comunicado el principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid. Desde Panjshir lo niegan.
La Administración del presidente Joe Biden espera que Qatar reanude el tráfico aéreo con la capital afgana, Kabul, en cuestión de días lo que permitiría la salida de los ciudadanos que siguen en el país asiático.
A la espera de la formación de un nuevo Ejecutivo, en el que la formación islamista garantiza que todas las etnias y tribus del país estarán representadas, Afganistán trata de volver tímidamente a la normalidad.
Mientras Occidente se centraba durante años en Afganistán, el gigante asiático centralizaba la producción en la industria de componentes electrónicos e iniciaba una política económica internacional expansiva.
Los talibanes se han convertido en un modelo a seguir para el yihadismo global. La amenaza resurge cuando los insurgentes ya controlan territorios en un buen número de estados pobres e inestables.
La economía está al borde del colapso mientras miles de afganos intentan huir del país. "Todavía pueden pasar por Pakistán, pero el cruce está muy regulado", advierte Naciones Unidas.
El jefe del Ejecutivo ha añadido que España "ha sido fiel al compromiso aliado en la evacuación" y que el objetivo ahora es atender la crisis humanitaria a la que se enfrenta el pueblo afgano.
El bloque comunitario tendrá una "presencia conjunta" en Kabul para continuar con la evacuación. "Para ayudar a la población tendremos que tratar con el gobierno de Afganistán", ha explicado Josep Borrell.
Ha mantenido una conversación con el ministro de Asuntos Exteriores de España donde han discutido sobre cómo la comunidad internacional puede "continuar promoviendo la seguridad de los afganos".
"Nuestras relaciones con Afganistán serán incluso mejores que antes... Tiene un papel importante que desempeñar en la seguridad y el desarrollo de la región", ha celebrado al respecto Naim.
Desde que las tropas estadounidenses abandonaron suelo afgano, miles de refugiados han cruzado la frontera a diario para huir de un país que se encuentra ahora bajo control talibán en su práctica totalidad.
Bolaños asegura que el Ejecutivo sigue trabajando con una "lista viva" de potenciales evacuados que el Gobierno ha ido elaborando siguiendo criterios "muy flexibles".
Con estos tres aviones con pasajeros afganos, ya son más de 2.000 las personas evacuadas que han llegado a la base de Rota, en Cádiz.
"Hace más de dos semanas que vengo al banco a diario y tengo en mi cuenta 250.000 afganis (unos 3.100 dólares), pero no puedo retirarlo debido a la gran cantidad de gente que hay aquí", relata un testigo.
Los Veintisiete apuntaban la posibilidad de que cada Estado miembro acogiera refugiados, pero ello de manera voluntaria y sin establecer plazos ni compromisos específicos sobre la capacidad de acogida.
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