Un mosaico multicolor de 10.000 personas encumbró el paseo militar de EEUU

  • Unas 10.000 personas alimentaron con júbilo y espectáculo el cómodo triunfo de Estados Unidos ante Eslovenia (101-71), en cuyos prolegómenos se pudo disfrutar de un espectáculo de luces, gimnastas y acróbatas, todo ello aderezado con música cinematográfica de "Misión Imposible", así como la conocida "Happy" de Pharrell Williams, entre otras.

Las Palmas de Gran Canaria, 26 ago.- Unas 10.000 personas alimentaron con júbilo y espectáculo el cómodo triunfo de Estados Unidos ante Eslovenia (101-71), en cuyos prolegómenos se pudo disfrutar de un espectáculo de luces, gimnastas y acróbatas, todo ello aderezado con música cinematográfica de "Misión Imposible", así como la conocida "Happy" de Pharrell Williams, entre otras.

Con el speaker Chema Sánchez como maestro de ceremonias, tanto el plantel balcánico como el norteamericano entraron a la pista a veinte minutos para que comenzara la justa, con la novedad de que el plantel estadounidense figuró en la rueda de calentamiento con camisetas cuyo mensaje exponía "United we stand" ("La Unión hace la fuerza").

Bajo el prisma de los medios, más de un centenar de periodistas se dieron cita para este ensayo especial previo a la Copa el Mundo, procedentes tanto de Estados Unidos como de Eslovenia y España.

Antes de que los colegiados dieran inicio al encuentro, la organización puso la última guinda de los prolegómenos recordando la presencia de varios deportistas olímpicos canarios, entre ellos la nadadora de sincronizada Thais Enríquez y el nadador invidente Enhamed Enhamed.

Ya en el aliento final del protocolo, el interior Kenneth Faried tomó el micrófono de la organización para agradecer desde el centro del campo al público por su presencia masiva en este duelo, un 'amistoso' de altos quilates.

Para rematar este minucioso desembarco estelar, por el coliseo insular hicieron acto de presencia dos genuinas leyendas del baloncesto NBA, en este caso el mítico Dominique Wilkins, pieza fundamental de los Atlanta Hawks de los 80 y comienzos de los 90, así como Clyde Drexler, alero referente de la mejor época de los Portland Trail Blazers y de los Houston Rockets.

Ya inmersos en el juego, la diezmada pero aún estelar legión americana comenzó pagando el evidente peaje FIBA al ser señalizada en la primera jugada pasos de salida al base Kyrie Irving, que calcó uno de sus famosos "uno contra uno" laterales que en la NBA no hubiera tenido penalización alguna.

Tras ese aviso, el duelo se enfocó en varios e interesantes duelos personales, principalmente capitalizado en los hermanos Dragic (Zoran y Dragan) en las filas eslovenas, mientras que en el entramado americano tomaban la batuta Kyrie Irving y James Harden, aunque con más insistencia que acierto.

Con el paso de los minutos, las torres estadounidenses comenzaron a carburar en vanguardia, con Tyson Gay y Faried sobrevolando -con alley-hoops incluido- por el aro europeo, aumentando así paulatinamente la diferencia en el marcador.

Para entonces, el público ya estaba entregado al juego. No cabía un alfiler en el moderno Gran Canaria Arena. Con 31-18, a falta de 7:33 para el descanso, la profundidad de banquillo que atesoraba el técnico Mike Krzyzewski, Estados Unidos permitió desplegar lo mejor de su juego a velocidad de crucero, pese a la resistencia de la saga Dragic y de Domen Lorbek (46-35 a la conclusión de la primera parte).

En el receso de juego continuó el espectáculo con batucada y un singular baile de disfraces escenificado por más de 50 artistas, aludiendo así al Carnaval como inconfundible seña de identidad canaria.

Ya en la segunda parte, un demoledor parcial de 20-4 supuso el rodillo definitivo de los americanos (69-39), que a partir de ahí intensificaron las jugadas de salón de cara a una afición entregada a ellos con inusitado fervor.

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