De Mota de Judíos a Matajudíos, por error o intención

  • La primera mención a Castrillo Matajudíos aparece en 1623, pero el pueblo nació seis siglos antes, precisamente como asentamiento judío, con el nombre de Mota de Judíos (colina de los judíos), sin que posiblemente se sepa nunca si ese cambio de nombre entre ambos momentos fue un error o intencionado.

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Pedro Sedano

Castrillo Matajudíos (Burgos), 26 abr.- La primera mención a Castrillo Matajudíos aparece en 1623, pero el pueblo nació seis siglos antes, precisamente como asentamiento judío, con el nombre de Mota de Judíos (colina de los judíos), sin que posiblemente se sepa nunca si ese cambio de nombre entre ambos momentos fue un error o intencionado.

El arqueólogo Angel Palomino, encargado de un estudio histórico sobre el asentamiento original y el nombre el pueblo, sostiene, en declaraciones a Efe, que los descendientes de los judíos, convertidos al catolicismo, podrían haber decidido cambiar el nombre del pueblo después de 1492 para demostrar su fervor y evitar represalias.

Castrillo como tal nace en 1035 cuando, a la muerte de Sancho III, los de Castrojeriz se levantan en armas contra los emisarios del rey, matan a cinco de ellos y a 66 judíos, y al resto los destierran al barrio de Castrillo, que pasa a conocerse como Mota de los Judíos; en 1109 se repite otra matanza, esta vez en Castrillo.

Sin embargo, la aljama de Castrillo se recuperó y pasó a tener una gran importancia, con los judíos, buena parte banqueros y comerciantes, haciendo negocios al abrigo del Camino de Santiago.

En la zona judía de Castrillo Matajudíos llegó a haber entre 300 y 400 hogares, es decir, unas 1.500 personas.

El arqueólogo cree que el siguiente punto de inflexión se produjo a finales del siglo XV, cuando se produjo la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos.

Los judíos empezaban a ser perseguidos y, según Palomino, alguien debió pensar que sería mejor un nombre que sugiriera que los judíos tampoco eran gratos en Castrillo.

El arqueólogo afirma que en Castrillo se produjeron, según recogen algunos documentos, varias matanzas de judíos por parte de gente de afuera "como ocurrió en muchas otras juderías en España y en otras partes de Europa".

Palomino lleva estudiando la historia de la antigua judería de Castrillo desde 2007 y su trabajo es la base de un proyecto del Ayuntamiento para desenterrar esos restos y aprovecharlos.

El alcalde actual de la localidad, Lorenzo Rodríguez, del Partido Regionalista de Castilla y León, considera, en declaraciones a Efe, que es importante recuperar la "verdad histórica", pero también cree que la judería puede convertirse en un centro de atracción de visitantes, de nuevo aprovechando el Camino de Santiago.

Los vecinos se muestran reacios a hablar del tema.

La mayoría no quiere hablar de la votación del 25 de mayo, cuando los 56 vecinos mayores de edad que quedan en el pueblo deberán decidir si quieren que el nombre de Castrillo Matajudíos desaparezca y se convierta en Castrillo Mota Judíos o Castrilla Motajudíos.

Algunos simplemente sonríen, otros se callan y dan la vuelta y otros sencillamente dicen que es algo sin importancia.

Uno de los vecinos comenta que llevan muchas semanas hablando del tema y que muchos lo han comentado hasta con los familiares que emigraron en su día.

De hecho, la idea original del alcalde era que votaran también los que llaman "hijos del pueblo", pero era muy difícil determinar quienes tenían derecho a voto y quienes no y se ha optado porque decidan solo los empadronados.

Como muchos pueblos, Castrillo ha ido perdiendo habitantes.

Hace sólo unas décadas había censados más de un centenar de vecinos con derecho a voto, pero ahora solo quedan 56, que serán los que decidan el futuro nombre del pueblo.

La urna estará instalada en el despacho de la Secretaría del Ayuntamiento y tendrá su propio interventor.

El recuento comenzará a las siete de la tarde del día 25 de mayo, cuando todavía estará abierta la otra urna, la de las elecciones europeas.

El alcalde de Castrillo Matajudios, Lorenzo Rodríguez, asegura que no sabe qué decidirán los vecinos, pero tiene claro que "no es justo" que se asocie el nombre a una supuesta matanza que nunca existió y que solo obedece a que un escribano confundió la "o" por una "a" en 1637, cuando aparece por primera vez el nombre actual.

Cree que el nombre de Matajudíos no les ayuda a tener una buena imagen ni responde al origen de un pueblo que surgió precisamente como asentamiento judío. EFE

1010207

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