Los lazos entre Yuba y Jartum se tensan por el conflicto en Sudán del Sur

  • Las relaciones de Sudán del Sur, independizado de Sudán en julio de 2011, se han tensado por el actual conflicto interno en el territorio sursudanés y las tradicionales brechas abiertas entre ambos países.

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Atem Mabior

Yuba, 26 abr.- Las relaciones de Sudán del Sur, independizado de Sudán en julio de 2011, se han tensado por el actual conflicto interno en el territorio sursudanés y las tradicionales brechas abiertas entre ambos países.

La situación se ha vuelto más compleja desde el pasado diciembre, cuando estallaron los enfrentamientos entre las tropas leales al mandatario de Sudán del Sur, Salva Kiir, y los rebeldes liderados por el exvicepresidente Riak Machar.

Esa crisis, que ya ha causado miles de muertos y cientos de miles de desplazados, ha levantado sospechas sobre la posible implicación de Jartum para sacar provecho de forma estratégica.

En declaraciones a Efe, el portavoz del Ejército sursudanés, Philip Aguer, señala que el gobierno de Jartum se sirve de milicias árabes como las "yanyauid" para luchar contra los rebeldes en los estados sudaneses de Darfur y Kordofán del Sur, y posicionarse al mismo tiempo en la frontera con Sudán del Sur.

Esos mismos combatientes han sido entrenados en Sudán y han sido los que ha utilizado el régimen de Omar Hasan al Bachir para apoyar a los insurgentes de Sudán del Sur en los últimos combates en la ciudad de Bentiu, capital del estado septentrional de Unidad, afirmó Aguer.

Los rebeldes han sido acusados por Yuba y la ONU de haber masacrado a cientos de civiles cuando a mediados de abril se hicieron con el control de Bentiu.

El Gobierno sudanés no se ha pronunciado sobre esas denuncias, aunque sí ha elevado el tono tras considerar el pasado miércoles en un comunicado que Yuba había violado los acuerdos de seguridad suscritos entre los dos países, sin precisar los motivos.

Desde el inicio de la crisis, Sudán ha seguido con atención el desarrollo de los acontecimientos en Sudán del Sur, con el que se disputa zonas fronterizas ricas en petróleo.

De la estabilidad depende que Sudán del Sur siga produciendo crudo, el cual se exporta al exterior a través de oleoductos sudaneses y aporta beneficios a Jartum en forma de tasas por su transporte.

No obstante, son los asuntos de seguridad los que más inquietan a los dos países.

Las acusaciones mutuas de apoyar a los rebeldes en uno y otro lado no son nuevas. Jartum cree que Yuba respalda al Movimiento Popular de Liberación del Sudán-Sección Norte (MPLS-N) y otros grupos armados de la región sudanesa de Darfur.

Mientras, las autoridades sursudanesas critican la supuesta ayuda que Sudán brinda a las milicias del líder insurgente David Yau Yau en el sur.

La desconfianza pervive en el joven país, después de que el acuerdo de paz entre el MPLS -que gobierna ahora en Sudán del Sur- y el régimen de Al Bachir en 2005 dejase atrás más de dos décadas de conflicto fratricida.

Para el analista Faisal Sad, Sudán está interesado en que Yuba ofrezca "una imagen distorsionada" a la comunidad internacional, como si sus responsables no "pudieran regir su país" y necesitasen que Jartum vuelva a gobernarlos "recuperando la unión de Sudán".

Sad considera que el Gobierno sudanés "aspira a utilizar a los seguidores de Machar" en su lucha contra los movimientos rebeldes en aquellas zonas a las que no puede acceder.

Igual opina el periodista sursudanés Gabriel Joseph Shadar: "A Jartum no le interesa un gobierno fuerte en Sudán del Sur. Ahora se está vengando por la supuesta alianza de Yuba con los rebeldes de Darfur".

El jefe de redacción del periódico electrónico Abyeinow, Chol Kat Mayol, incluso asegura que Jartum "está intensificando su apoyo a los rebeldes hasta derrocar al Gobierno sursudanés".

En medio de esas acusaciones, la decisión esta semana de Kiir de remodelar la cúpula militar con nuevos jefes del Estado Mayor y de la Inteligencia de las Fuerzas Armadas ha sido interpretada como un paso para prepararse para un aumento de los combates.

Las tropas de Uganda que apoyan al presidente sursudanés se retirarán pronto del país y llegarán las fuerzas africanas de la IGAD (Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo de África) para supervisar el alto el fuego, que las partes enfrentadas alcanzaron el pasado 23 de enero y que ha sido continuamente violado.

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