La industria vitivinícola se encuentra en búsqueda de alternativas para paliar la bajada de exportaciones y la caída generalizada del consumo de vino en el mundo, tarea para la cual el enoturismo se presenta como un gran acicate.
El grupo cumple lo pactado con la SEPI, que impone dicha desinversión como condición previa a la autorización de la entrada de los inversores extranjeros en la ampliación de capital social acordada el pasado mes de abril.
Cada vez más bodegas elaboran, conservan y transportan en función a unos principios que cumplen las exigencias climáticas, y buscan revertir el impacto a través de prácticas como la viticultura regenerativa.
La suspensión temporal de estos aranceles, acordada entre Biden y Von der Leyen, afecta a las exportaciones, esencialmente, de aceite, quesos, conservas o el vino tranquilo español.