Releer a García Márquez, un placer para el púbico en la Biblioteca Nacional

  • Pilar Martín.

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Pilar Martín.

Madrid, 26 abr.- Releer las buenas obras. Éste, que era uno de los grandes placeres de Gabriel García Márquez, lo han llevado a cabo hoy más de un centenar de personas en una lectura continuada de una de sus obras más relevantes, "El coronel no tiene quien le escriba", en la Biblioteca Nacional de España (BNE).

Familias, animados grupos de amigos o parejas unidas por la pasión a la literatura han encontrado refugio contra la lluvia bajo el techo de la BNE, que en su jornada de puertas abiertas ha acogido a más de 1.500 personas que han disfrutado visitando las salas en las que descansan millones de historias de la literatura universal.

El protagonista del día ha sido García Márquez y "El coronel no tiene quien le escriba", novela de 1961 y una de "las más leídas" no sólo en España, sino en su país natal, Colombia, ha explicado a Efe la directora de la BNE, Ana Santos Aramburo.

"Con este acto, de alguna manera, nos estamos hermanando con la Biblioteca Nacional de Colombia que también ha hecho una actividad muy parecida y la que, por la diferencia de hora, no nos hemos podido sumar; es una manera de estar más cercanos a ellos", ha afirmado Santos.

Cercano a la obra de García Márquez también se ha mostrado el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, una de las 150 personas que han vuelto a releer las conversaciones del coronel con su esposa, y las continuas referencias a ese gallo que dormía atado a la pata de la cama.

"El agradecimiento que todos tenemos hacia la figura de Gabriel García Márquez es intenso al haber sido, probablemente, la persona que ha logrado encarnar mágicamente la literatura en español en el siglo XX. Y esa encarnación mágica merece todo el respeto y todo el cariño del público de Madrid y de toda España", ha expresado a Efe Lassalle al término de su intervención.

Colombia ha estado representada de manera oficial en la figura de su embajador en España, Fernando Carrillo, quien, tras su lectura, ha catalogado el acto organizado por la BNE como "el más grande" de los homenajes por su "contenido popular".

"Ver un sábado por la mañana, en una mañana lluviosa, una larga fila de personas de todos los orígenes tratando de leer a nuestro premio Nobel es una muestra de lo universal que es su obra. Es muy emocionante, de verdad", ha contado.

Emocionante también ha sido participar en este acto para ciudadanos anónimos que, atraídos por la figura de García Márquez, han querido repasar en voz alta esta historia.

"La leí hace tiempo y he considerado que leerlo aquí era un homenaje. Me apetecía, me he animado, y luego hago la visita a la biblioteca, da tiempo a todo", ha confesado Munio, un madrileño que ha decidido pasar esta mañana de sábado rodeado de las vidas ajenas que salen de los libros.

Con la misma actitud que Munio, y con un clavel amarillo en sus manos, flores que la BNE ha entregado a todos los visitantes en memoria de Gabo, Noelía y Lorena han sido algunas de las personas que han hecho cola para recorrer las tripas de la Biblioteca Nacional, algunas de ellas apostadas desde las 7,30 de la mañana en la puerta del edificio del paseo de Recoletos madrileño.

"Me ha encantado la sección de restauración de los libros, parece increíble que libros tan deteriorados se puedan recuperar y queden intactos. Hay que tener en cuenta la labor que están haciendo aquí, es cultura nuestra de nuestro pasado y tenemos que conservarla", ha dicho Noelia mientras dejaba escritas unas palabras dedicadas a García Márquez en un libro de firmas.

A pasar la mañana, y a "aprender" también han acudido Carlota, Raúl y Gonzalo, tres hermanos de 10, 12 y 9 años, respectivamente, que no han dudado en dejar claro que el lunes, cuando estén "en el cole", les dirán a sus amigos que se pasen por la Biblioteca Nacional.

Con motivo de este día, los visitantes han tenido la oportunidad de ver una pequeña exposición con las primeras ediciones de todas las obras del Nobel colombiano, entre las que destaca la de "Cien años de soledad", un ejemplar que la BNE adquirió en 1973 por 750 dólares.

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