Javier Paxariño propone un cante a la unión de los pueblos del Mediterráneo

  • Javier Paxariño, el "maestro" de los instrumentos de viento, saca su sexto disco propio, "Dagas de fuego sobre el laberinto", en el que, doce años después de su último trabajo y acompañado de Josete Ordóñez y Manuel Lucena, recoge los sonidos de las civilizaciones del Mediterráneo.

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Madrid, 26 abr.- Javier Paxariño, el "maestro" de los instrumentos de viento, saca su sexto disco propio, "Dagas de fuego sobre el laberinto", en el que, doce años después de su último trabajo y acompañado de Josete Ordóñez y Manuel Lucena, recoge los sonidos de las civilizaciones del Mediterráneo.

Paxariño, que en este tiempo de "sequía" discográfica no ha parado de trabajar y hacer colaboraciones con grupos como La Musgaña o Chano Domínguez o Jorge Drexler, confiesa en declaraciones a Efe que ha tardado "tanto" porque buscaba una propuesta sónica y tímbrica "diferente", además de tener algo "interesante" que contar.

En este trabajo, que se presentará en Madrid el 6 de mayo en la sala Galileo Galilei y el 17 en el centro cultural provincial de Málaga, los saxos y flautas se entrelazan, en una suerte de trío, con las cuerdas de Ordóñez y a las percusiones de Lucena para recordar a las civilizaciones que se alzaron en el "laberinto" del Mediterráneo.

"La faceta humana está por encima de la política", asegura Paxariño, que prefiere ver la "botella medio llena" y pensar que los conflictos que ahora mismo están presentes en el Mediterráneo se solucionarán gracias al "carácter" de sus gentes.

En "Dagas de fuego sobre el laberinto" se pueden escuchar guitarras españolas, mandolas metálicas de cuerda del levante, el laúd árabe, flautas de Egipto, e instrumentos que se tocan en grecia y en Italia.

La miniaturas, "Dagas" y "Laberinto" abren y cierran el disco con unas melodías "simples" pero "profundas" y la balada "El alma en el suelo" es un lamento del sufrimiento del pueblo palestino, que parte de un texto de la poetisa de Ramala, Hala Al Shoroo, detalla.

Uno de los puntos fuertes del trío que han formado para este disco, asegura Paxariño, es el directo, porque los arreglos han sido "esenciales", de tal manera que aunque no estén presentes los elementos "tímbricos" que en el disco enriquecen la "paleta de color", las composiciones siguen escuchándose bien.

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