"Disculpe, doctor: y ya que me tiene que operar este pecho... ¿no me podría aumentar el tamaño de los dos?" Se trata de una pregunta real formulada en consulta médica por una adolescente. La cuenta el doctor Miguel Chamosa, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica y Reparadora (SECPRE), consultado por lainformacion.com.
La chica había acudido a la consulta porque uno de sus pechos era notablemente más pequeño que el otro. Padecía una extraña enfermedad congénita llamada síndrome de Poland, que en su caso se manifestaba en el desarrollo defectuoso de una mama. La consiguiente "asimetría mamaria" le provocaba cierto complejo.
"Aquel defecto tenía fácil solución introduciendo una pequeña prótesis en la mama afectada que, si bien no dejaba idénticos ambos pechos, sí que solucionaba el problema psicológico", explica el doctor Chamosa. "Pero cuando me pidió aumentar el tamaño de su busto, comprendí que el problema de la niña era otro".Intolerancia a la imperfección
Problemas como el de esta chica son bien conocidos para Julia Vidal, psicóloga clínica, experta en imagen corporal y directora del gabinete Área Humana. En su opinión, reflejan ciertas anomalías comunes en nuestra sociedad. Por ejemplo:Intolerancia al malestar: "no nos aceptamos como somos; estamos sometidos a un bombardeo de mensajes para convencernos de lo fácil que es quitar aquello que no nos gusta, o simplemente cambiarlo. Esta sociedad nos enseña que la imagen se modifica con facilidad, y nos anima a hacerlo".Desajuste en las prioridades vitales: "sorprende que haya personas que piden créditos para intervenciones estéticas cuando ni se les pasa por la cabeza pagar a un psicólogo para solucionar un problema personal que les está amargando la vida. Hay gente que aún no entiende algo simple como que no eres más feliz por ser más guapo".Inmadurez, sobre todo en adolescentes: "no por quitarte la celulitis vas a tener el cuerpo que idealizan. Hay que recordárselo a ciertos adolescentes. O que una rinoplastia no te va a cambiar totalmente la cara, o que puede tener complicaciones. O que no puedes ponerte pechos nuevos cuando no sabes si tendrás dinero en el momento de sustituir las prótesis"El boom de la cirugía estética
La cirugía estética y reparadora ha experimentado un avance notabilísimo en los últimos años. El presidente de la Fundación Española de Medicina y Estética, Jesús García Corcovado, declaró a la web sanitaria isanidadque España se había convertido en un referente mundial en medicina estética.
No es de extrañar que en el año 2012 hubiese autorizados unos 5.000 centros de medicina estética ni que su número haya aumentado un 20 por ciento respecto al año anterior. Eso, a pesar de la crisis.
Además, cada vez hay más tratamientos que ya no precisan cirugía, con lo que el riesgo de intervenir es menor. Este último hecho, junto con la bajada de precios fruto de la competencia, pone esta mecidina al alcance de cualquiera, incluso al de personas con pocos recursos.
De los beneficios médicos de la cirugía estética pueden hablar miles de mujeres con uno o dos pechos reconstruídos tras haberlos perdido por un cáncer de mama, o niños que nacieron con labio leporino; también otras personas con narices abultadas, orejas de soplillo u obesidad. Estos últimos casos son sin duda menos graves, pero pueden degenerar en problemas fuertes de autoestima.Cirujano... y psicólogo
Según el doctor Chamosa, a la hora de dictar su diagnóstico los médicos deben tener algo de psicólogos, "para detectar si hay algún tipo de complejo o algún tipo de presión en el entorno de un paciente que pide una intervención estética". Si así ocurriera, "el cirujano debe negarse a hacer la operación. Y punto. Por una cuestión de ética médica".
En el caso de la chica mencionada al principio del artículo "lo que en principio parecía una consulta de carácter reparador, ocultaba una intención estética. Hay que saberlo detectar, y saber decir no. Porque esa chica que ahora quiere aumentar su pecho, puede estar arrepentida en diez años de haberlo hecho".
Los casos de adolescentes que se someten a cirugías estéticas son pocos en España. Las estadísticas de la SECPRE ni siquiera contabilizan los casos de menores de edad, sino los menores de 25 años. Sin embargo, a partir de los 8 no son raros los casos de otoplastia (operación de las orejas de soplillo), para evitar complejos que mermen la autoestima.
Ante un defecto físico como este (gordura, nariz grande o torcida, pechos pequeños...) ¿cómo debe actuar un padre cuyo hijo pide someterse a una intervención quirúrgica?Consejos para padres y educadores
Una evaluación psicológica es muy recomendable antes de someter a un menor a una operación estética, explican desde la SECPRE. En alguna comunidad autónoma, como Andalucía, es incluso obligatorio por ley contar con el visto bueno de un psicólogo. Hay que tener en cuenta que la cultura de la imagen en la que vivimos puede someter, sobre todo a las chicas adolescentes, a comparaciones absurdas. En España el 87% de las intervenciones son acaparadas por el sexo femenino. Las del hombre han aumentado en los últimos años, pero tímidamente.
Basados en la experiencia de la prestigiosa divulgadora Aliza A. Lifshitz, médico directora editorial de la web Vida y Salud, los padres deberían hacerle estas preguntas preguntas a los hijos que desean someterse a operaciones estéticas.¿Actúas por impulso o llevas tiempo meditando esta decisión?¿Sabes que la cirugía plástica no va a resolver todos tus problemas de autoestima ni va a hacer que todo el mundo te aprecie más?¿Eres consciente de que la belleza es sólo una cualidad entre muchas, y que no es la más importante?¿Te preocupas por crecer interiormente y cultivar tus virtudes personales más que por tu aspecto exterior?¿Te está ofendiendo alguien por tener ese defecto físico que quieres reparar con la cirugía?¿Sabes que la cirugía puede tener complicaciones, no dar los resultados esperados o incluso empeorar tu situación?
"Un padre debe asegurarse de que su hijo o hija entiende que las expectativas en una operación estética pueden no verse cumplidas, y valorar si el riesgo de la intervención realmente compensa por el resultado esperado", concluye la psicóloga Julia Vidal.
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