El catalán se convierte, por un día, en la "lengua oficial" de la Cámara

    • Rajoy y Rubalcaba hacen guiños en la lengua ante el escepticismo de los nacionalistas. El presidente del Gobierno declara su amor a "la obra bien hecha, la feina ben feta".
    • Posada advierte en dos ocasiones a los invitados nacionalistas, activos desde la tribuna.

ImageDefault
ImageDefault

José María Aznar reconoció hablarlo "en la intimidad". Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba han ido más allá en su intento por camelarse a una sociedad catalana cuyo Parlamento quiere convocar un referéndum independentista y se han atrevidocon la lengua de Joanot Martorell desde la tribuna de oradores del Congreso. Elpresidente del Gobierno se ha acordado nada menos que de "la feina ben feta",por quien ha declarado su admiración segundos después de proclamar: "Amo aCatalunya". En CiU y en Esquerra no salían de su asombro, incapaz alguno decontener la carcajada. "No bastan las proclamas de amor", le ha dicho pocodespués Duran aguándole la fiesta, "la otra parte tiene que percibirlo".Rubalcabano ha querido ser menos y ha tirado del 'ja soc aquí' con el que Tarradellascelebró su regreso del exilio en 1977 para recordar a los nacionalistas queuno de sus referentes estaba en las antípodas de lo que ahora defienden ellos. También en catalán se han explayado los representantes de la Cámara autonómica para saludar–particularmente celebrada ha sido la "abrassada" enviada por MartaRovira (ERC), que se felicitó por conocer al fin a muchos de los presentes-,las decenas de periodistas de la región desplazados para la ocasión y losinvitados que han apoyado a Rovira, Jordi Turull (CiU) y Joan Herrera (ICV). Elcatalán, en fin, ha sido lengua oficial por un día en la Cámara Baja.Condición esa muy celebrada por la tribuna de invitados, que estaba especialmentecombativa. Repleta de parlamentarios autonómicos catalanes –a cuya cabezaestaba el consejero de Presidencia, Francesc Homs- y otros apoyos que, a faltade Artur Mas, se han traído los comisionados por el Parlament, hasta en dosocasiones ha tenido que ser advertida por el Posada más generoso, que ha dejado a todos los oradores saltarse los límites de tiempo a su antojo. "Tomarémedidas", les dijo en el segundo de los apercibimientos, si no respetan la prohibición de "hacer gestos de aprobación o reprobación" desde allí.Un detalle, una mera anécdota, comparado con el posterior enfrentamiento entre Joan Coscubiela, portavoz de la Izquierda Plural, y Celia Villalobos, encargada de dar el relevo a Posada al frente de la sesión. Coscubiela, siempre con querencia a la escenificación, se ha quedado en silencio cuando vio que Rajoy ySáenz de Santamaría atendían sendas llamadas. "Me quedo sin interlocutor",se ha lamentado. Si todos los oradores hicieran lo propio cada vez que dos–o incluso 20- diputados se enredan con móviles, tabletas o periódicos, habría que cerrar las Cortes. Así lo ha entendido Villalobos: "Le escuchamos el resto de la Cámara, estamos acostumbrados a su modo de actuar".Salvo esos detalles, el debate más importante del año junto al del estado de la Nación ha trascendido sin más incidencia, favorecida por el perfil bajo y el tono conciliador de Rajoy y Rubalcaba, empeñados en desmontar el argumento del agravio contante a Catalunya que esgrimen los nacionalistas. Quince veces han aplaudido los diputados del PP a su líder, tanto cuando ha enumerado las vulneraciones legales a que Mas quiere empujarle como cuando ha recordado los lazos que unen a los catalanes con el resto de españoles, todo era espectacularmente recibido. Ovaciones que se han percibido sinceras, sobre todo la última, con la bancada en pie durante más de un minuto, asintiendo con la cabeza, sonriendo, comentando con los compañeros de al lado lo bien que había estado Rajoy. La misma euforia desbordaban luego en los pasillos,asegurando que hoy el presidente "ha desmontado por completo" los argumentos de la Generalitat.Las citas, tan recurridas otras veces, han pasado a un segundo plano. Rosa Díez ha tirado de Herta Müller, Coscubiela de Azaña y Rubalcaba… de sí mismo. "Perdonen la autocita", ha dicho mientras recordaba su papel en el proceso estatutario del que fue gran hacedor en la primera legislatura de Zapatero.Sí ha habido referencias personales, destacando las tres de Rajoy a Mas afeándole su ausencia. Rovira no ha perdido la oportunidad de atacar a Gallardón–que quizá esperaba tener al fin un día tranquilo, alejado de la diana- a cuenta del aborto y Herrera a Margallo blandiendo una presunta afirmación del ministro –"la Catalunya independiente vagaría por el universo"- que solo él recuerda, como dijo después Rajoy.Los diputados del PP estaban advertidos de que hicieran caso omiso de provocaciones que en la sesión podrían sucederse pero poco de eso ha habido. Ni camisetas reivindicativas, ni recursos a canciones populares ni un triste chiste que amenizara la sesión, de la que Cañete –apurando quizá sus últimas horas enesta Cámara- no perdía detalle, apuntando frenéticamente. Imposible percibir sí también ha tomado notas en catalán.

Mostrar comentarios