Veleros de Latinoamérica reciben a miles de visitantes en puerto del Callao

Lima, 26 abr.- Las ocho embarcaciones de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México y Venezuela que forman parte de la regata y exhibición "Velas Latinoamericanas 2014" recibirán hoy y mañana a 45.000 visitantes en el muelle de la Base Naval del Callao, vecina a Lima.

La fragata "Libertad" y el catamarán "Ice Lady Patagonia II" de Argentina, el velero "Cisne Blanco" de Brasil, los bergantines "Esmeralda" de Chile, "Gloria" de Colombia, y "Simón Bolívar" de Venezuela, así como los buques escuela "Guayas" de Ecuador y "Cuauhtémoc" de México llegaron a Lima el miércoles pasado y recalaron en el puerto del Callao.

La Marina de Guerra del Perú ha organizado dos días de visitas para el público y hasta el momento se han inscrito 45.000 personas para participar en el guiado por las naves visitantes, informó a Efe el comandante Colver Ruiz, portavoz del evento.

La regata de grandes veleros partió en febrero pasado de la ciudad de Itajaí en Brasil y ha visitado varios puertos en Uruguay, Argentina y Chile como parte de un recorrido de 12.000 millas náuticas que continuarán hacia Ecuador, Colombia, Venezuela, República Dominicana y México.

La Armada argentina es la organizadora de la regata, en conmemoración del bicentenario de la victoria de este país sobre las fuerzas españolas en el combate naval de Montevideo, según información de los organizadores.

La primera regata y exhibición de grandes veleros se realizó en 2010 en las costas sudamericanas y en la Conferencia Naval Interamericana de 2012, las armadas latinoamericanas acordaron repetirla cada cuatro años.

Las naves más imponentes de la exhibición son el buque chileno "Esmeralda" que tiene 29 velas y lleva a 336 tripulantes, la fragata argentina "Libertad" con 27 velas y 300 tripulantes, y el buque escuela mexicano "Cuauhtémoc", de 23 velas y 276 tripulantes.

La Marina de Guerra del Perú ha desplegado un sistema de transporte para los visitantes y custodia con 1.500 miembros en la Base Naval, con el objeto de que no se repitan las aglomeraciones que se formaron en la primera visita de veleros de 2010.