Son los dos principales riesgos que observan los gestores y analistas de cara a un nuevo ejercicio que volverá a estar marcado por la volatilidad y por el diferente rumbo en las políticas de los bancos centrales
El Ministerio baraja datos que indican que el gasto en consumo ha dado paso al ahorro precautorio y que la actividad en determinados sectores se está viendo afectada por el encarecimiento de los materiales.
El sindicato ha advertido de que esto empeora la calidad de vida de los trabajadores, y además dificulta y pone en riesgo la creación de puestos de trabajo tras la pandemia.
En productos básicos, destacan los incrementos acumulados del 13,6% de la fruta fresca, del 4,5% de los huevos, del 2,9% de la carne de ave, del 2,8% de la leche y del 2,8% de las legumbres y hortalizas frescas.
Gregorio Izquierdo, director General del IEE; Miguel Cardoso, economista Jefe para España en BBVA Research y María Jesús Fernández, analista de Funcas, analizan el impacto de estos 'shocks'
La teleco asegura que cuenta con este arma ante la subida del IPC, después de más de seis años de incrementos de precios con la estrategia de ofrecer más datos, contenido o un móvil 'obligatorio'.
Dependiendo de la inflación o deflación que se produzca en un momento, la revalorización de la cuantía salarial o las revisiones "a la baja" se relacionan directamente con el Índice de Precios de Consumo.
Los precios se habrían disparado un 2% en apenas un mes, dejando la tasa interanual en el 5,5% con el acelerón de los precios de la energía, sobre todo de la electricidad.
La inflación impulsada por la subida en los precios de la energía no es un fenómeno nuevo, pero aunque el incremento anual del 24% en 1977 es hoy impensable, la situación actual suscita diversos problemas.
Inquietud en el Banco de España por las cláusulas de revisión de los sueldos, que amenazan con alentar toda una espiral de precios y costes con efectos adversos para la competitividad y la actividad económica.
El dato publicado por Estadística este jueves se produce en un contexto completamente diferente, con España protegida por el paraguas del Banco Central Europeo (BCE).
Los empleados públicos se plantan ante la escalada de los precios y maniobran para introducir cambios en los Presupuestos de 2022, pero el Ministerio de Hacienda descarta modificar la partida de las nóminas.
El número dos de Calviño evita pronunciarse sobre un posible recorte de la previsión oficial de crecimiento por la presión de la inflación, pero admite que se ha convertido en un riesgo y que entrará en los cálculos.
Los precios se habrían disparado un 2% en apenas un mes, dejando la tasa interanual en el 5,5% con el acelerón de los precios de la energía, sobre todo de la electricidad.
El repunte de la inflación en la zona euro en el noveno mes del año respondió al incremento del 17,4% de los precios de la energía, frente al alza del 15,4% de agosto.
Según Estadística, en el comportamiento interanual del IPc destaca la subida de los precios de la electricidad, mayor este mes que en septiembre del año pasado, así como de los precios del gasóleo.
Este incremento salarial del 1,46% está por debajo de las directrices marcadas en el Acuerdo Interconfederal para el Empleo y Negociación Colectiva (AENC) 2018-2020.
Temor en Frankfurt a que la persistencia de las tensiones en los precios energéticos termine filtrándose al conjunto de la economía vía salarios y márgenes empresariales y atenace la recuperación española.
Los bienes industriales no energéticos experimentaron un descenso en su nivel de precios de una décima, hasta el 2,1%, mientras que la inflación de los servicios alcanzó el 1,7%, seis décimas más.
El fuerte encarecimiento de los fletes, que según las compañías seguirá produciéndose a lo largo de los próximos meses, hace prever un incremento de precios en algunos de los bienes más consumidos
La vicepresidenta económica asegura sin pudor que la subida de los precios es un problema temporal. Quizá lo sea en sus causas pero eso no significa que las consecuencias vayan a ser efímeras en España.
Estadística detecta un encarecimiento superior al 17% en los productos energéticos y los carburantes en lo que va de año, aunque en julio esa subida se moderó.
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