Gaza: aislada hasta para aquellos que quieren correr

  • Nader al-Masri, considerado el mejor fondista de Palestina y uno de los mejores atletas árabes, albergaba desde hace un mes un sueño para el que entrenaba con espacial ahínco por carreteras salpicadas de heridas de guerra.

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Saud Abu Ramadán

Gaza, 8 abr.- Nader al-Masri, considerado el mejor fondista de Palestina y uno de los mejores atletas árabes, albergaba desde hace un mes un sueño para el que entrenaba con espacial ahínco por carreteras salpicadas de heridas de guerra.

Abandonar por unas horas de la asediada Gaza y competir al máximo nivel en la maratón que el próximo viernes congregará a más de 3.000 corredores en los sinuosos y empinados caminos de la histórica ciudad cisjordana de Belén.

Consciente de su edad -34 años-, sabía que era una de las últimas oportunidades de correr a nivel profesional ante sus compatriotas, a los que con orgullo representó en los Juegos Olímpicos celebrados en Pekín en 2008.

Una ilusión que el ministerio israelí de Defensa comenzó a desvanecer la pasada semana y que hoy el Tribunal Supremo de Israel borró definitivamente con su decisión de mantener la prohibición de abandonar Gaza a Nader y a sus 30 compañeros de delegación con un simple argumento: razones de seguridad.

"Estoy realmente deprimido y conmocionado por la decisión de no dejarme abandonar Gaza. No veo que haya justificación alguna más allá de aislar a los deportistas de Gaza y destruir sus ambiciones y aspiraciones", afirmó.

"Al fin y al cabo, únicamente soy un fondista y nada tengo que ver con temas de seguridad", se lamentaba nada más recibir la noticia.

"Es realmente doloroso que Israel mezcle deportes con política y seguridad. Aislar a los palestinos de Gaza sin razones, incluidos los atletas y otros deportistas, solo consigue que la brecha entre Cisjordania y Gaza se amplíe", agregó.

Delgado y fibroso, de mirada penetrante, Al Masri vive y entrena en la asediada Gaza, una las regiones más pobres del planeta, con la única ayuda de la Federación de Atletismo de Palestina, que le asiste con entrenamiento y equipación.

Desde hace un mes, su figura elegante recorría las depauperadas tierras de este pedazo de costa aislado con la cita de Belén -sitiada a apenas dos horas de coche de la Franja- marcada en rojo en su casi vació calendario de carreras.

Pero días atrás, cuando su historia saltó a la prensa israelí, la radio del Ejército aseguró que el fondista no cumplía "con ninguno de los requisitos" establecidos para permitir a los palestinos salir de Gaza, bajo asedio militar de Israel desde que en 2007 el movimiento islamista Hamas se hiciera con el control.

Desde aquella fecha, las Fuerzas Armadas israelíes controlan el denominado paso de "Eretz", que une Israel con la Franja y permite el acceso a Cisjordania, mientras que Egipto mantiene cerrado el de Rafah, única conexión de los gazatíes con el mundo.

Sólo un rayo de esperanza asomó cuando la semana pasada su caso fue legalmente asumido y elevado al Tribunal Supremo por la organización israelí de defensa de los derechos humanos "Gisha", que lucha en favor de la libertad de movimientos para la población palestina.

"Gisha" alegaba que existe un cláusula en las normas de asedio israelíes que abre la puerta a que palestinos de Gaza puedan cruzar Israel para participar en eventos patrocinados por la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

En ese caso, la petición se debe hacer de forma detallada, por parte de la ANP, y enviada al ministerio de Defensa israelí para su aprobación.

El recurso fue desestimado, sin embargo, este martes por la juez Daphne Barak-Erez, con el argumento de que "bajo las actuales circunstancias, la petición no pude ser aceptada", evitando detallar a que circunstancias se refería.

En su escueto auto, la togada se limitó a subrayar "que no existe espacio legal para intervenir desde el momento en el que el ministerio de Defensa ha adoptado esta decisión a discreción propia".

El caso de Al-Masri es el más sonado, dada su carrera profesional, pero no es el único: otros treinta atletas de Gaza han sido igualmente rechazados por Israel, sin otros motivos que las mismas razones de seguridad.

Los cerca de 3.000 participantes inscritos pasarán a través de colonias judías -cuya construcción es ilegal de acuerdo al derecho internacional- y del muro de separación levantado por el Ejército israelí.

De ellos, cerca de 700 son extranjeros, la mayoría residentes en el país por motivos de trabajo.

"Está claro que Israel solo se dedica a restringir la libertad de movimiento de la población de Gaza, algo que es una flagrante violación de la legalidad internacional y de las convenciones de Ginebra", denunció Samir Zaqout, miembros del grupo de defensa de los derechos humanos "Al-Mizan", con sede en Gaza.

"Prohibir a gente inocente viajar al exterior para actividades educativas, tratamiento médico o simplemente participar en eventos deportivos, como hace Israel, es un crimen de guerra", apostilló.

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