Obispo de Huelva: Es eutanasia interrumpir alimentación a anciana infartada

  • El obispo de Huelva, José Vilaplana, ha apelado hoy, en relación al caso de Ramona Estévez, al respeto a la "dignidad y a la vida", apuntando que toda acción encaminada a interrumpir la alimentación constituye un acto de eutanasia.

Huelva, 26 ago.- El obispo de Huelva, José Vilaplana, ha apelado hoy, en relación al caso de Ramona Estévez, al respeto a la "dignidad y a la vida", apuntando que toda acción encaminada a interrumpir la alimentación constituye un acto de eutanasia.

A Estévez, en coma irreversible en el Hospital Blanca Paloma de Huelva desde el pasado 26 de julio después de sufrir un infarto cerebral, se le retiró el pasado 23 de agosto la sonda nasogástrica con la que recibía alimentación en aplicación de la Ley de la Muerte Digna de Andalucía.

Vilaplana, a través de un comunicado, ha asegurado sentirse ante este caso en la obligación de iluminar las conciencias y de recordar el magisterio de la Iglesia sobre el "debido respeto a la dignidad y a la vida de todas las personas".

Ha apostillado que toda acción dirigida a interrumpir la alimentación o la hidratación constituye "un acto de eutanasia", en el que la muerte se produce no por la enfermedad, sino por la sed y el hambre provocada.

"Hay que estar siempre de parte de la vida humana, cualquiera que sea su desarrollo o su situación existencial", ha indicado el obispo, que considera que se ha de estar "a favor de los últimos, de los débiles, de los incapacitados, para hacer valer sus derechos y, sobre todo, el derecho a la vida".

El obispo de Huelva, después de que algunos hayan presentado el caso como un acto de "humanidad y de liberación", ha recordado que "el único deber que tiene la sociedad, en relación a la enferma, es ayudarla a vivir".

Considera que "no es deber de un médico suspender la alimentación y la hidratación a una persona que se encuentra en un coma vegetativo", por ello entiende "necesario" reconocer el derecho a la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios.

También ha confiado en que la familia pueda "repensar" sus decisiones, pues "la muerte buscada o inducida, como tantas veces ha repetido Benedicto XVI, no es la respuesta al drama del sufrimiento".

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