Una estadounidense de 26 años está entre los rehenes del EI, según medios

  • Una mujer estadounidense de 26 años está entre los rehenes del grupo yihadista Estado Islámico (EI), para cuya liberación piden 6,6 millones de dólares, según adelantó hoy la cadena ABC citando fuentes oficiales.

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Washington, 26 ago.- Una mujer estadounidense de 26 años está entre los rehenes del grupo yihadista Estado Islámico (EI), para cuya liberación piden 6,6 millones de dólares, según adelantó hoy la cadena ABC citando fuentes oficiales.

La joven, cuya identidad no ha sido revelada por razones de seguridad, fue secuestrada hace un año mientras realizaba labores humanitarias en Siria, según informaron a ABC fuentes cercanas a su familia.

La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, rechazó hoy confirmar los datos difundidos por la cadena, "dada su privacidad y por su seguridad".

Esta mujer es la tercera de los cuatro estadounidenses secuestrados por el EI de los que se tenía constancia, sumándose al periodista asesinado la semana pasada, James Foley, y al también reportero Steven Sotloff, quien aparecía con vida en la grabación emitida por los yihadistas en la que decapitaron a Foley.

Además del rescate, el grupo terrorista también exige la liberación de Aafia Siddiqui, un neurocientífico que estudió en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y que fue condenado en 2010 por la Justicia estadounidense por el intento de asesinato de dos funcionarios de Estados Unidos dos años antes.

La petición de la liberación de Siddiqui ha sido recurrente por parte de los grupos extremistas desde que fuera encarcelado, pero este lunes la familia del neurocientífico emitió un comunicado rechazando cualquier vínculo con la violencia para la liberación de su hijo.

El Estado Islámico amenaza con acabar con las vidas de los rehenes que tiene en su poder si Estados Unidos no detiene los bombardeos selectivos contra sus posiciones en el norte de Irak, que comenzaron hace algo más de dos semanas.

Tras la muerte de Foley, el Gobierno estadounidense reiteró su postura y negó cualquier tipo de concesión a los terroristas pese a sus amenazas de ejecutar también a Sotloff al igual que hicieron con Foley.

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