El alcalde de Valladolid ha explicado que "si se ha estado advirtiendo del peligro que supone para la democracia que la ultraderecha gobierne, lo lógico sería que el PSOE ofrezca al PP una alternativa".
García-Gallardo no ha querido detallar qué consejerías le gustaría gestionar pero sí ha señalado que VOX tendría que contar con al menos la misma representación que tuvo Ciudadanos en las pasadas elecciones.
La clave está en saber si los de Santiago Abascal exigirán entrar en el Ejecutivo de Fernández Mañueco o 'controlar' desde fuera, como hasta ahora en otras administraciones, la gestión política de los populares.
La comunidad autónoma celebra elecciones anticipadas por primera vez en su historia con el reparto de los 81 procuradores como gran incógnita y con el sondeo del CIS favorable al socialista Tudanca.
El jueves de la semana pasada, el 'bingazo' parlamentario echó a rodar como tantas otras veces, solo que, en esta ocasión, el escándalo sobrevolaba los escaños de sus señorías.
UP junto a Bildu, Junts, Más País y Compromís plantearon encargar al Tribunal de Cuentas la supervisión de la Seguridad Social, como recoge la ley aprobada el pasado diciembre sobre la reforma de las pensiones.
En el 85% de los núcleos de población de la provincia no se puede hacer algo tan normal como ver una película en la plataforma. Los sondeos le dan hasta 3 escaños, que desbancarían a los partidos históricos.
El líder de Vox ha querido dejar claro que si bien todavía no se sabe si podrán llegar a entrar en el gobierno autonómico, cederán sus votos al Partido Popular con el requisito de que cumplan parte de su programa.
Sánchez tiene suerte, aunque hay que reconocer que, a veces, se lo curra bastante. Este jueves, su nunca suficientemente venerado ángel de la guarda volvió a rescatarle del fango.
Ambos parlamentarios, en el punto de mira del Gobierno de Sánchez: su voto a favor de la reforma pactada con los agentes sociales o su abstención desbloquearía la situación; el voto en contra, hundiría el proyecto.
Con las enormes horquillas que maneja el director del CIS se haría peinados punk colosales Olvido Gara (Alaska), que presentó en los años 80 el programa 'La Bola de Cristal'.
El debate se ha visto salpicado por ataques de ERC y Junts a la institución fiscalizadora, que ha llegado a ser tachada de "franquista", un término que ha sido retirada por la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet.
Revalidar el Gobierno regional pasa por entenderse con Vox, que podría multiplicar su representación, mientras los socialistas esperan volver a ganar las elecciones y tener mayoría suficiente para gobernar.
Un Plan por la Recuperación Económica de España sería deseable y, más aún, posible si entre las fuerzas políticas prevaleciese el sentido de Estado frente a los intereses partidistas o personales.
El programa presentado por Pablo Motos sí anotó ayer el tercer espacio más visto -detrás también de Martínez Almeida- y la segunda mejor cuota de pantalla del curso.
Hoy, la política de confrontación se viste de traje de chaqueta y atiza las refriegas en los despachos y, a veces, en la calle. El objetivo es el mismo que hace siglos: vencer, obtener el poder y aplastar al contrario.
El cambio de partido es un clásico de la política española. El rey del borrón y cuenta nueva fue Suárez, que pasó de vestir camisas azules del Movimiento a desmontar el estado franquista. Luego hubo más; muchos más.
Jorge Buxadé sentencia que la presidenta del Congreso ofreció un "espectáculo penoso" al mantener el escaño de Alberto Rodríguez en contra de la sentencia del Tribunal Supremo y luego retirárselo.
El organismo público detectó que la titular real de las empresas que adquirieron la mayoría de las acciones no está presente en el Consejo de Administración de la aerolínea, según consta en el sumario de la causa.
El posicionamiento independentista es intelectualmente tan respetable como el socialista o el liberal si se mueve dentro del marco legal. La acción y no el pensamiento es lo que convierte una idea en delito.
José María Sánchez García, diputado del partido de extrema derecha, ha retirado finalmente sus palabras y se ha reanudado la sesión, donde se debatía la penalización del acoso a las mujeres en clínicas abortivas.
El Gobierno de coalición y ERC han apostado su futuro a que parezca que pasa algo cuando no pasará nada.
Las asociaciones sostiene que "tienen que ser decisiones unánimes y no fruto de componendas políticas". La calle pasará a denominarse Ana María Suárez López.
Los indultos del 'procés' delatan a un Gobierno que hurta las grandes cuestiones de Estado al Parlamento para saltar a cobijarse bajo las aguas tibias de una sociedad civil utilizada como coartada de consenso político.
La ministra de Exteriores ha reivindicado que "es un momento de unir". Por otro lado, la diputada de Vox ha afirmado que "no queremos más palabras, queremos hechos".
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