Codespa concentra sus recursos y apoya a un 82% más de personas que en 2012

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La ONG Codespa presenta su memoria de 2013 con un 3,3% menos de fondos destinados a sus proyectos, 28 iniciativas menos y un crecimiento de cerca del 82% en cuanto al número de personas beneficiadas en comparación con 2012.
Codespa se ha visto afectada en el transcurso de 2013 por la disminución de los fondos propios de origen público, que pasaron de casi ocho millones de euros a no alcanzar los seis. Por su parte, el sector privado, que aumentó su aportación a la ONG pasando de no llegar al millón de euros a casi rozar el millón y medio, ha actuado como dique de contención.
La esencia de los fondos privados también se ha visto alterada. En 2012, los particulares, socios y patronos aportaban un 25% de este tipo de fondos; algo que no sucede en 2013, cuando el peso de las empresas supera las tres cuartas partes y supone un 86% de los fondos privados, o lo que es lo mismo el 20% de los fondos propios totales que maneja esta ONG.
Ante esta situación, Codespa ha aumentado en un 1%, con un extra de más de 60.000 euros, los fondos destinados a la actividad de recaudar fondos. La merma en los ingresos propios y esta nueva transferencia se traduce en un recorte interno en materia administrativa y de gestión de recursos y en la reducción de proyectos.
De este modo, y manejando las cifras totales, el patrimonio neto de la ONG, es decir una vez restados los gastos y adeudos de la entidad, ha vivido entre 2012 y 2013 un decrecimiento de casi el 42%, aunque se mantiene en cifras millonarias y positivas siendo la cifra total casi cinco millones de euros.
82% MÁS DE BENEFICIADOS
Según la memoria de 2013 han sido 364.708 personas las que “disfrutan de una vida mejor económica y socialmente gracias a un desarrollo integral” desarrollado por Codespa. Esta cifra supone que los esfuerzos de Codespa han dado unos frutos más numerosos, concretamente un 82% más, y es que en 2012 fueron 200.000 las personas que recibieron su apoyo.
El apoyo a empresas sociales, la seguridad y la soberanía alimentaria o el fomento de la inserción y la formación laboral son algunas de las líneas de actuación que ocupan los 74 proyectos, alrededor de un 25% menos que el año anterior, desarrollados este año.
En su memoria, Codespa quiso darle rostro a sus proyectos, así explicó historias como la de Isabel Ticona, quien trabaja en Bolivia en un proyecto de turismo para que su hijo pueda aprender inglés.
Desde el Congo, Eugénie Kabeya asegura sentirse orgullosa de ser capaz de gestionar su propio taller y saber cómo manejar los gastos, cómo remunerar a los trabajadores, cómo ahorrar, en definitiva de poder evolucionar bien”. Y es “nada es difícil en la vida si se es honesta y trabajadora”, asegura la microprestamista ecuatoriana Rosa Jaida.
La marroquí Haja Derouchi declara que para ella “ha cambiado mi vida, primero porque antes estaba en mi casa, no tenía trabajo, tenía un gran vacío. Con mi participación aprendí mucho y, sobre todo, ahora tengo más ingresos y no estoy esperando que mi familia me dé dinero.”

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