La Agencia Espacial Europea pone en marcha el programa ExoMars, "primer paso" para una misión tripulada a Marte

La Agencia Espacial Europea pone en marcha el programa ExoMars, "primer paso" para una misión tripulada a Marte
La Agencia Espacial Europea pone en marcha el programa ExoMars, "primer paso" para una misión tripulada a Marte
EUROPA PRESS
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La primera misión, que comenzará el lunes con el despegue del orbitador TGO (Trace Gas Orbiter) y del módulo de descenso Schiaparelli, con el objetivo, entre otros, de investigar "el pasado azul y húmedo de Marte, y la posibilidad de que hubiera vida en su superficie", según ha indicado la ESA, que desarrolla el proyecto junto con la Agencia Espacial Rusa.

"Hace 3.500 millones de años, había agua líquida en la superficie de Marte y, posiblemente, vida también. En los últimos diez años se han acumulado bastantes evidencias de que se puede encontrar todavía en la superficie de Marte agua líquida. Debería ser altamente salina para no congelarse. También hay cavernas, de origen volcánico, de las que no se sabe lo que hay debajo. Es posible que las condiciones bajo la superficie sean más compatibles con la existencia de vida", ha asegurado el responsable de operaciones científicas de ExoMars 2016, Leo Metcalfe.

Según detalla la ESA, el orbitador TGO estudiará la presencia de metano en la atmósfera marciana, un gas que en la Tierra tiene un origen biológico o geológico y que, en Marte, es destruido por la radiación ultravioleta.

"Si se encuentra metano en su atmósfera, tiene que haber fuentes. Si son geológicas, volcánicas, son también importantes porque en la Tierra, la combinación de actividad volcánica y agua líquida es fundamental para la vida", ha precisado Metcalf.

UNA OPERACIÓN COMPLEJA

La agencia ha explicado que, además de la investigación exobiológica, la misión del TGO servirá para trasladar el módulo Schiaparelli y contiene también la plataforma de comunicaciones entre Marte y la Tierra. Se trata de "la nave más grande enviada por la agencia a Marte", además de la primera que porta una sonda que despliega un aterrizador.

La TGO desplegará el módulo de entrada en el planeta tres días antes de llegar y tendrá que realizar una maniobra para no seguir en la dirección del planeta para no colisionar. Tres días después, realizará la "captura" del planeta, una operación en la que invertirá dos horas y la mitad del combustible.

Una vez en tierra, si Schiaparelli efectúa el descenso de la forma esperada, el módulo podrá funcionar en la superficie del planeta entre dos y ocho soles en función de la carga de su batería, según ha indicado la ESA.

Dada la complejidad de la misión, la agencia ha diseñado la operación también con el objetivo de realizar pruebas en las tecnologías que se emplearán en vistas a misiones futuras.

"El módulo probará el escudo térmico, más grueso por si la reentrada se produce en medio de una tormenta de arena, el paracaídas supersónico de 12 metros de diámetro y los sistemas de guiado, navegación y control, además de una estructura deformable para la toma de tierra final", ha explicado.

MISIONES FUTURAS

La agencia europea ha explicado que la puerta que abre la posibilidad a que ExoMars lleve una misión tripulada al planeta rojo es "la posibilidad de que Marte aún pueda tener condiciones favorables a la vida".

En este sentido, el astronauta español Pedro Duque ha explicado que la clave de la operación consiste en la medición de gases en la atmósfera marciana, que según ha indicado se realizará "con varios órdenes de precisión mayor de lo que se ha logrado hasta ahora". "Esto es importante para determinar si merece la pena ir. La atención de todos los astronautas está puesta en esta misión", ha subrayado.

El conjunto del programa ExoMars tiene un presupuesto de 1.300 millones de euros, en el que la participación española es de un 6,7%. Empresas como ELECNOR Deimos, GMV, SENER, Airbus, RYMSA, Thales Alenia Space España y CRISA han contribuido en diferentes aspectos tanto de TGO como del módulo Schiaparelli, y algunas de ellas también participarán en la misión de 2018, en la que se llevará un rover a la superficie marciana, según ha precisado la ESA.

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