LA PESCA Y LOS DEPORTES NÁUTICOS HAN DEGRADADO 14 ÁREAS PROTEGIDAS DE CANARIAS

- El Gobierno quiere regular estas actividades por el “fuerte impacto” turístico en especies y hábitats. El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente pretende aprobar una orden ministerial para regular la pesca y los deportes náuticos en 14 áreas marinas protegidas de Canarias porque reconoce que estas actividades han producido “un fuerte impacto sobre los hábitats y especies objeto de protección”, como la tortuga verde, el calderón tropical, el delfín mular, el angelote y la Cueva de los Cerebros.
Para ello, ha elaborado un cuestionario para que agentes y usuarios del mar, así como el público en general, trasladaran hasta el pasado jueves comentarios y contribuciones con vistas a esa futura orden ministerial.
Ese cuestionario, al que tuvo acceso Servimedia, indica que el Gobierno aprobó en 2011 un total de 24 Zonas Especiales de Conservación (ZEC) en Canarias, que se encuentra en la región biogeográfica macaronésica de la Red Natura 2000, la cual agrupa los espacios protegidos de la UE desde 1992 para salvaguardar las especies y los hábitats más valiosos y amenazados del continente. Al año siguiente, el Consejo de Ministros dio luz verde a los objetivos ambientales de las estrategias marinas en esas áreas, que son competencia del Estado.
Sin embargo, Medio Ambiente admite que más de la mitad de esas ZEC canarias (concretamente, 14) están sometidas a “una alta y creciente presión turística, lo que se ha traducido en un fuerte impacto sobre los hábitats y especies objeto de protección derivado de diferentes actividades náutico-recreativas”, por lo que considera “necesario introducir medidas”.
Las ZED afectadas son las siguientes: franja marina de Teno-Rasca, cueva marina de San Juan, sebadales del sur de Tenerife, sebadales de Antequera y sebadal de San Andrés (Tenerife); sebadales de Gügüi, franja marina de Mogán, sebadales de la Playa del Inglés, Playa del Cabrón y Bahía del Confital (Gran Canaria); Cagafrecho, sebadales de Guasimeta y sebadales de La Graciosa (Lanzarote), y sebadales de Corralejo (Fuerteventura).
Para evitar la degradación ambiental de esas zonas, Medio Ambiente pretende regular la pesca recreativa, el buceo, el baño y el fondeo en zonas con presencia de tortuga verde; la pesca recreativa en zonas de concentración o cría del angelote, el fondeo en áreas con praderas de fanerógamas marinas, el buceo en cuevas sumergidas o semisumergidas, las embarcaciones para excursiones turísticas y el uso de motos náuticas y otras embarcaciones rápidas o aeronaves en zonas con presencia de cetáceos y/o tortugas.
ESPECIES Y HÁBITATS AFECTADOS
Por otro lado, el departamento dirigido por Isabel García Tejerina indica que las ZEC franja marina Teno-Rasca, sebadales del sur de Tenerife y franja marina de Mogán cuentan con algunas localidades costeras que albergan hábitats esenciales para la alimentación, el desarrollo y el descanso de ejemplares jóvenes de tortuga verde (‘Chelonia mydas’), especie considerada prioritaria en términos de conservación europea.
Medio Ambiente apunta que estas tortugas están sometidas a diversas amenazas, como “la colisión con embarcaciones, la captura accidental en artes y aparejos de pesca o las malas prácticas realizadas durante las actividades de buceo, esnórquel y baño, que incluyen actuaciones prohibidas como la alimentación de invididuos (‘feeding’) con la finalidad de atraerlos o la persecución o acoso a las tortugas, comprometiendo la viabilidad de estos ejemplars en aguas de estas tres ZEC”.
La franja marina Teno-Rasca y la de Mogán abarcan “áreas críticas” para poblaciones de calderón tropical (‘Globicephala macrorhynchus’) y de delfín mular (‘Tursiops truncatus’), especies catalogadas como ‘vulnerables’ en el Catálogo Español de Especies Amenazadas y que se ven afectadas por el “impacto derivado de una excesiva presencia de embarcaciones, incluidas las motos acuáticas”.
El ZEC Sebadal de San Andrés alberga una de las pocas áreas de crías del angelote (‘Squatina squatina’) conocidas en el archipíelago canario y situada en la playa de las Teresitas, que se encuentra en un “preocupante estado de conservación”, según Medio Ambiente.
Y en la cueva marina de San Juán hay actividades de buceo que están provocando “la desaparición o rarefacción de algunas de las comunidades biológicas más singulares y vulnerables asociadas a estas cavidades, como sucede en la conocida como ‘Cueva de los Cerebros’”.

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