Los investigadores del Departamento de Bioquímica y Biofísica de la Universidad de Estocolmo, han descubierto una nueva toxina botulínica denominada las neurotoxinas botulínicas de tipo X (BoNT/X). Estas tóxinas son sustancias muy tóxicas que permitirán el desarrollo de métodos de detección y tratamientos médicos.
Ahora, los científicos van a determinar la estructura de la toxina e investigar cómo se une a la célula nerviosa. También, van a analizar las propiedades de BoNT/X que se pueden utilizar para desarrollar nuevas terapias. "El descubrimiento de BoNT/X facilita el desarrollo de diagnósticos y terapias que son importantes cuando alguien se expone a una cantidad tóxica de la sustancia", ha recalcado Stenmark.
El descubrimiento de esta toxina se produjo en 2015 con un niño enfermado en 1995. Los científicos aislaron las bacterias del genoma del niño y lo depositaron en una base de datos, donde identificaron la nueva toxina.
"Cuando descubrimos esta toxina creí que habíamos cometido algún error en el análisis, pero después de comprobarlo varias veces resultó ser correcto. Este descubrimiento abre una multitud de nuevos y excitantes temas de investigación que estamos ansiosos por explorar en colaboración con el equipo de investigación de Min Dong en Harvard", han zanjado los investigadores.
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