Rosetta inicia el descenso al cometa 67P para cerrar su misión de doce años

  • Tras recorrer los 19 km de distancia que la separan del cometa de unos 4 km de diámetro, la sonda chocará contra su superficie.

    En el cometa se encuentra Philae, el robot que está inerte desde que en julio de 2015 agotó por completo sus baterías y no puede recargarlas.

Recreación del descenso final de Rosetta al cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko
Recreación del descenso final de Rosetta al cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko
L.I.S.

La cuenta atrás ha comenzado para la sonda europea Rosetta, que ha iniciado un lento descenso hacia el cometa 67P que le permitirá observarlo muy de cerca, hasta el impacto final con el cuerpo celeste.

Este fin espectacular pondrá punto final a una odisea espacial de más de doce años, coronada por 26 meses de observación, acompañando al cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko en su periplo alrededor del Sol.

Aprobada en 1993 por la Agencia Espacial Europea (ESA), la misión Rosetta apunta a comprender mejor al Sistema Solar.

El centro de control de Darmstadt (suroeste de Alemania) es el encargado desde la Tierra, a más de 700 millones de kilómetros de distancia, de dar luz verde a Rosetta para que empiece su descenso.

Tras recorrer los 19 km de distancia que la separan de este cometa de unos 4 km de diámetro, la sonda chocará con el cometa el viernes hacia las 12H20 GMT, a una velocidad de 90 cm/s, es decir la de una persona caminando.

Durante el trayecto, tomará fotografías de alta definición con su cámara Osiris y realizará observaciones antes de aterrizar.Secretos del Sistema Solar

Las imágenes y datos recabados sobre el polvo y los gases que desprende el 67P son importantes para seguir avanzando en la comprensión del proceso de formación de los cometas y de nuestro Sistema Solar.

En el cometa se encuentra Philae, el robot que se posó en noviembre de 2014 para luego enviar valiosas observaciones a la Tierra.

Philae está inerte desde que en julio de 2015 agotó por completo sus baterías, que no puede recargar por estar sus paneles mal orientados en medio de una grieta con escasa exposición solar.

El cometa 67P se dirige actualmente hacia la órbita de Júpiter. Seguirá alejándose del Sol en su trayectoria elíptica, hasta unos 850 millones de kilómetros de distancia de nuestro astro rey.

Rosetta también perderá por completo la capacidad para almacenar energía solar suficiente como para seguir operando sus instrumentos de observación y transmisión de datos a la Tierra por ondas de radio.

Por eso, la ESA decidió dar por concluida su misión. Cesará de emitir por completo, conforme a los tratados internacionales que rigen el espacio exterior, para evitar contaminarlo con señales inútiles que puedan interferir con otras misiones.

Tras el impacto final, los restos de Rosetta (y el pequeño Philae) acompañarán para siempre al cuerpo celeste, poniendo fin a una aventura sin precedentes en la historia de la conquista espacial.Los descubrimientos de Rosetta

Los datos acumulados por Rosetta darán trabajo a los científicos durante varios años. Así por ejemplo los científicos descubrieron que la firma atómica de las moléculas de agua captadas en las emanaciones del cometa 67P eran muy diferentes a las de la Tierra.

Por lo tanto, el agua de nuestros océanos no proviene de la familia de los cometas de Júpiter, a la que pertenece el cometa 67P Churiumov-Guerasimenko.

Antes de Rosetta, los astrónomos consideraban que esa agua pudo haber resultado del bombardeo de la Tierra por cometas, ricos en agua, o asteroides, numerosos pero menos ricos en agua.

En cambio, Rosetta descubrió que el cometa contiene glicina, el aminoácido más pequeño, ingrediente esencial para la aparición de la vida en la Tierra. Los aminoácidos son las moléculas que forman las proteínas.

Rosetta halló oxígeno molecular (O2) en cantidad abundante en la atmósfera del cometa, una sorpresa total para los científicos.

Otra fuente de asombro: el núcleo del cometa carece de campo magnético. Si el 67P es representativo de los núcleos de los cometas, es improbable que las fuerzas magnéticas hayan desempeñado un papel en la acumulación de cuerpos rocosos de más de un metro que participaron en la formación de los planetas, destacan los científicos.

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