La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió a la depresión como "la epidemia del siglo XXI". En la actualidad la padecen en el mundo 350 millones de personas, siendo una de las enfermedades con más resistencia a los tratamientos. Por ello, es fundamental buscar nuevas vías de curación, y desde Reino Unido llega una muy novedosa: las setas alucinógenas.
Droga de uso recreativo, las setas alucinógenas se caracterizan por contener psilocibina, una sustancia responsable de sus efectos: alucinaciones visuales y auditivas y dificultades para discernir entre realidad y fantasía.
A priori, estas consecuencias principales de su ingesta, del mismo modo que otras secundarias como cambios de humor y en el comportamiento sexual, paranoia, pánico o psicosis, no parecen precisamente lo mejor como uso medicinal, pero lo cierto es que ya está en marcha el mayor ensayo clínico sobre setas alucinógenas para combatir la depresión.
Empezará a principios del año que viene en ocho países europeos y se probará en 400 pacientes según informa el diario 'Financial Times'. El objetivo es comprobar si la psilocibina puede mejorar la condición de los pacientes depresivos durante tres meses.
El test, pendiente de la aprobación final por parte de las autoridades europeas, lo llevará a cabo la empresa británica Compass Pathways, y sus resultados se monitorizarán digitalmente.
"No se trata de volver a 1960, sino de utilizar la ciencia del siglo XXI junto con la innovación digital y los medicamentos ahora que entendemos cómo funcionan", explica George Goldsmith, uno de los fundadores de Compass Pathways.Los casos de depresión han crecido un 18% en la última década https://t.co/C2sR0TbNgk pic.twitter.com/UMCX2zUQVi— lainformacion.com (@la_informacion) April 8, 2017
Efectos positivos ya probados
Si bien se trata del mayor ensayo clínico hasta la fecha, las propiedades medicinales de las setas alucinógenas contra la depresión ya han sido probadas con anterioridad.
En 2016 se publicó un estudio en la revista especializada 'The Lancet Psychiatry'. A 12 pacientes con depresión severa se les administraron setas alucinógenas, controlados en una sala con música en la que estaban presentes dos psiquiatras.
Al principio las dosis fueron bajas, pero después se aumentaron dados los buenos resultados. Los 12 mejoraron de su enfermedad en las primeras tres semanas y hasta cinco de ellos prolongaron su estado de mejoría hasta los tres meses.
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