Stephen Hawking pronostica que en 1.000 años tendremos que dejar la Tierra

Si alguien sabe que mientras hay tiempo hay esperanza es Stephen Hawking. Siendo solo un adolescente le dijeron que su vida se acababa, que no había nada que hacer. Su cuerpo dejaría poco a poco de responderle y él entró en depresión. Le duró poco. Y no solo le ganó al tiempo, sino que dedicó su vida a desmenuzarlo más allá de los confines de la Tierra. Hawking avisa: en 1.000 años estaremos obligados a abandonar la Tierra. A nuestro planeta también se le acaba el tiempo. Y más que nadie por nuestra culpa. Miren a las estrellas y no a sus pies

"Recuerden mirar a las estrellas y no hacia a sus pies. Pregúntense qué es lo que hace que exista el Universo. Tengan curiosidad. Y por muy difícil que pueda parecer la vida, siempre hay algo que uno pueda hacer bien. Lo que importa es no rendirse jamás", ha dejado dicho como slogan vital en el Festival Stardum de Tenerife. Pocos no le han escuchado con la boca abierta. No es para menos. Ahí está él, a sus 74 años, rompiendo todos los pronósticos médicos. 

Y aunque la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) que sufre le ha dejado postrado en una silla de ruedas sin poder moverse, esa enfermedad degenerativa no le ha impedido llevar una vida plena profesional y personalmente. Ha tenido hijos y una vida plena, y ahí sigue, escudriñando el universo.A la Tierra no le quedan más de 1.000 años

El científico también ha hecho una defensa de la exploración espacial por razones de propia supervivencia como especie. “No creo que vivamos 1.000 años más sin que tengamos que dejar este planeta para buscar otro, por eso intento que aumente el interés por la gente en el universo”, ha señalado. “Ha sido un tiempo glorioso para estar vivo” y “hemos hecho un gran progreso en los últimos 50 años en nuestra comprensión del universo”, ha resaltado Hawking.Los humanos somos partículas

"Los humanos no somos más que colecciones de partículas fundamentales de la naturaleza, y el hecho de que hayamos sido capaces de comprender gran parte de las leyes del Universo es un gran triunfo". Si hablamos de partículas, lo cierto es que Hawking debe ser una muy especial aunque él no lo vea así: "Nunca destaqué, era una clase de gente muy inteligente. Mis deberes y mis apuntes eran un caos y mi caligrafía desesperaba a mis profesores. Pero mis compañeros me llamaban Einstein, así que vieron señales de algo mejor". Y acertaron.