Bienvenido, Netflix

Ha costado pero por fin ha llegado. Netflix ya es una realidad en España desde la medianoche del 20 de octubre, la fecha señalada por el videoclub online para iniciar su desembarco en España. Un desembarco que, a priori, puede parecer complicado dada la naturaleza pirata de nuestro país pero que se ofrece bajo un paraguas muy similar al que ofrece Spotify y otros servicios de streaming, ya sea de cine o música.

El hecho de que Netflix llegue a un precio irrisorio, algo menos de 8 euros aunque el mejor servicio es el de 10 que permite el visionado en HD, debería provocar el hecho de que sea una compra compulsiva para muchos clientes que, además, no tienen que aguantar anuncios ni permanencias de ningún tipo. ¿Tiene competencia en España? Hoy por hoy parece que Movistar+ es el único que puede hacerle frente y, pensándolo mucho, en un sólo aspecto diferencial: el fútbol.

Esa es una batalla en la que Netflix nunca va a entrar y que el mismo CEO de la firma, Reed Hastings, ha aclarado en su visita de hoy a Madrid para presidir el lanzamiento: "Ninguna cadena puede tener todos los contenidos". Pero lo que Netflix sí tiene, y va a aumentar en el futuro, es un catálogo de series y películas que sólo se pueden disfrutar en su plataforma. A medida que ese catálogo se amplíe, y a medida que los usuarios descubran que tendrán que pasar por su aro para verlo, al usuario no le quedará otra que darle un tiento a la nueva plataforma de vídeo bajo demanda.

La llegada de Netflix, en pleno 2015, se produce en un momento en el que el debate ya no se centra en el servicio en sí sino en los contenidos. Y en España, como de costumbre, nos han pillado en fuera de juego. La exclusividad de los contenidos propios es la que marcará el futuro de la televisión online en el planeta. Sin ellos, estás perdido.