Castor. El almacén de gas provocó la actividad sísmica en una falla no cartografiada


El almacenamiento subterráneo de gas del proyecto Castor, situado frente a las costas de Castellón y Tarragona, provocó la actividad sísmica que causó alarma en septiembre de 2013 en las poblaciones de esas zonas, al afectar a una varias fallas próximas que no están cartografiadas, ya que no se trata de la falla de Amposta, según revela un informe del Instituto Geográfico Nacional.
El informe señala que, "sin perjuicio de estudios geológicos posteriores, todo indica que la sismicidad inducida es resultado de la actividad de inyección de gas que, a su vez, ha acelerado un proceso sismotectónico con acumulación de esfuerzos, ya existente en la zona, y que no estaba previamente caracterizado".
Los estudios y análisis del Instituto Geográfico Nacional sobre el epicentro de los movimientos sísmicos indican que el origen de los mismos no se encuentra en la falla de Amposta, registrada en el fichero de fallas activas del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), sino que se trataría "de otra falla, no cartografiada".
El informe advierte de que la identificación de la falla que haya sido responsable de la sismicidad "debe ser labor muy especializada de geólogos con experiencia en sismotectónica" y añade que "en España es habitual que las fallas responsables de terremotos, no rompan en superficie y se necesitan estudios específicos para identificarlas".
Asimismo, explica que, teniendo en cuenta la sismicidad histórica e instrumental anterior al 5 de septiembre de 2013 y la peligrosidad sísmica natural de la zona, obtenida a partir de las estructuras geológicas activas conocidas, todo indica que el origen de la actual serie sísmica registrada tiene una relación directa con el proyecto Castor.
No obstante, afirma que llega a esta conclusión "sin perjuicio de que tal valoración se confirme con estudios geológicos que se pongan en relación con las características de la inyección" de gas.
CRONOLOGÍA
Aunque la inyección de gas en la plataforma se inició en el mes de junio de 2013, hasta el 5 de septiembre no se registró ningún sismo. Entre esa fecha y el 15 de octubre se contabilizaron 512 y la magnitud máxima fue de 4.2. Quince de estos movimientos fueron sentidos por la población.
Hasta 1920, el número de sismos que aparecen en la base de datos del Instituto Geográfico Nacional es de 6, con una intensidad máxima, sentidos por la población, de V. Desde 1920 hasta el 1 de junio de 2013 el número es de 203, con una magnitud máxima de 3.3.
En el análisis de los años anteriores a 2013 las cifras que expone el informe es que en 2011 hubo 3 sismos, con una magnitud máxima en el periodo de 1.7; mientras que en 2012 hubo 7 con una magnitud máxima de 3.3. Desde el 1 de enero de 2013 hasta el 4 de septiembre de ese año no se contabilizó ninguno.

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