Chatroulette cambia (un poco) de apariencia pero sus usuarios no parecen cambiar de costumbres

  • El sitio de videoconferencias al azar reaparece tras una semana fuera de línea en la que se ha puesto en marcha una nueva versión con algunas mejoras, al menos sobre el papel

Lanzado en noviembre de 2009 por Andrey Ternovskiy, un adolescente ruso de 17 años, Chatroulette permite establecer videoconferencias con otros usuarios escogidos al azar por el sistema, y se hizo bastante popular antes del verano, ganándose menciones en numerosos medios, aunque parecía difícil que terminara por gozar de una aceptación mayoritaria o que pudiera conseguir financiación mediante inversores o publicidad.

Y es que un uso extremadamente popular del sitio es el de mostrar las partes íntimas de sus usuarios, especialmente hombres, aunque tampoco era extraño encontrar parejas o grupos manteniendo relaciones sexuales delante de la webcam de su ordenador, de tal forma que cualquiera pudiera verlos.

Esto en si puede no ser censurable -allá cada uno con sus preferencias sexuales- aunque ciertamente el hecho de que Chatroulette no ofreciera forma alguna de verificar la edad de los usuarios lo ponía en un terreno cuando menos complicado desde el punto de vista legal, aún a pesar de que sugiere que los que lo usen sean al menos mayores de 16 años y que prohiba este tipo de comportamientos.

Así que la semana pasada el sitio dejó de funcionar mientras un mensaje en su página principal indicaba que el experimento número 1 había terminado y que una versión nueva y mejorada del sitio sería lanzada ese mismo día, aunque el texto pronto fue cambiado para indicar que esa nueva versión sería lanzada en breve.

Tras algo más de una semana de espera el sitio volvió a estar en línea, aunque con problemas, ayer, problemas que siguen hoy, pero lo cierto es que no parece que las cosas hayan cambiado mucho más allá de algunos cambios que permiten modificar el tamaño o la posición de las ventanas, y el que el botón para conectar con otro usuario, el popular "Next", ahora no tenga texto, aunque esto puede ser un problema de que desde Chatroulette todavía estén trasteando con la nueva versión.

Falta también el botón que permite informar de comportamientos poco apropiados de los usuarios, aunque tampoco es que sea de gran utilidad, ya que lo único que les sucede a estos es que si otros tres usuarios protestan en un periodo de cinco minutos, no pueden usar el sistema durante los siguientes 40 minutos.

El comportamiento de los usuarios, en cualquier caso, parece no haber cambiado demasiado, y aunque desde hace algún tiempo tiene canales específicos para contenido adulto, nada impide todavía a cualquier usuario emitir este tipo de contenido "en abierto", y los intentos de desarrollar un sistema de detección de penes tampoco parecen haber funcionado.

Las intenciones de Ternovskiy expresadas en alguna ocasión de intentar colaborar con los cuerpos de seguridad tampoco parecen tener mucho futuro, aunque sólo sea por el carácter global de Internet, lo que haría extremadamente complejo perseguir legalmente a los usuarios que claramente estén delinquiendo.

En esta tesitura, parece poco probable que Chatroulette vaya a conseguir convertirse en un negocio sostenible, a pesar de que gracias a la tecnología que utiliza, que conecta directamente los ordenadores de los usuarios entre sí y apenas usa ancho de banda del servidor, incurre en unos costes relativamente bajos.

La opción más sencilla para hacerlo probablemente pasaría por convertirse directamente en un servicio para adultos, con las correspondientes verificaciones de edad, aunque en este sentido ya hay varios clones de Chatroulette que son precisamente eso, pero el cualquier caso cambios como los realizados por ahora desde luego que no le van a solucionar su problema.

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