El diseñador excéntrico que ha vivido como una cabra y ha creado una tostadora de cero

"¿No sería maravilloso ser un animal y librarse de las preocupaciones diarias?" Esta idea rondó por la cabeza de Thomas Thwaites, un diseñador poco convencional, que se lanzó a la búsqueda de un método que le permitiera vivir como un animal en el campo. La primera opción fue un elefante, pero la rechazó casi de inmediato: "Descubrí que se deprimen y que sufren de estrés postraumático". Thwaites ha sido uno de los ponentes deMentes Brillantes 2015, un evento en el que 21 personas de todos los campos de la sociedad han explicado sus ideas, durante 21 minutos, a una audiencia congregada en el Teatro Circo Price de Madrid.

Descartada la primera opción, Thwaites fue a pedir consejo a un chamán, que le indicó el camino correcto: "Me dijo que fuera una cabra". Con esa simple pieza de información, Thwaites se puso a investigar. Contactó con un experto en el comportamiento de estos animales para conocer de cerca su comportamiento y se puso manos a la obra para construir algún tipo de aparato que le permitiera moverse como una cabra. Por el proceso, disección de un ejemplar muerto mediante, comprendió que era muy complicado replicar la articulación del animal. Al final, se puso en contacto con un fabricante de prótesis que le propuso una solución intermedia que no replicaba el movimiento de las articulaciones pero que le permitía moverse a cuatro patas.

"No me interesa el diseño industrial sino el diseño como herramienta para crear un debate, para explorar e investigar la sociedad", ha explicado Thwaites frente a una audiencia entregada desde el primer minuto ante las peculiares ocurrencias del ponente que, en última instancia, ha mostrado un vídeo de pocos segundos en el que mostraba su convivencia con las cabras. "Fui a Suiza, busqué una granja y convencí al dueño para que me dejara vivir con sus animales", ha revelado. El vídeo, surrealista, muestra a un tipo que no es capaz de seguir el ritmo de sus compañeras de aventura y con las que llega a compartir un menú a base de hierba.El valor del trabajo

El hecho de vivir rodeado de cabras suena a marcianada pero Thwaites ha presentado otro proyecto de apariencia más sencilla y que demuestra hasta qué punto la sociedad ha dejado de valorar la menor de las comodidades. El diseñador se propuso construir una tostadora desde cero: "Fui a por la más barata para descubrir cómo funcionaba por ingenierçia inversa. Lo que no sospechaba es que tendría más de cuatrocientas piezas de diferentes materiales".

A partir ese punto, el trabajo le llevó desde la recolección de materias primas hasta la elaboración de los materiales que dieran el acabado final a su producto. Por el camino, Thwaites recogió mineral de hierro para crear metal -un proceso artesano que le llevó 16 horas y que finalizó gracias a la ayuda de un microondas- y hasta se las apañó para hacer un molde de plástico que formara el chasis del electrodoméstico.

El resultado final fue una tostadora que podría pasar por un proyecto de manualidades de un niño de cinco años. ¿El precio? 1187 libras. "Y esa cifra no incluye la mano de obra. El objetivo de la tostadora es aprender a valorar nuestro trabajo", concluye.